Juan Vicente Pérez. / EPDA En Democracia no existen ni amenaza de caos, ni chantajes
coactivos. Sólo debe existir la confianza en la capacidad de los ciudadanos
para regenerarse continuamente y de unas formaciones políticas abiertas a los
problemas reales de la Sociedad, para adaptarse desde el Gobierno o la
Oposición a los cambios políticos que los ciudadanos imponen desde las urnas.
Así debería ser y así lo entiendo yo. Toda una declaración de intenciones en un
momento en el que la izquierda vuelve a traspasar todas las líneas rojas,
fracturando los consensos de la transición, subvirtiendo el régimen del 78 a
una “nueva realidad” y metiéndonos de lleno, una vez más, en una sucesión de crisis
(sanitaria, económica, social e institucional) de consecuencias terribles.
De ahí la importancia de recuperar no solo el prestigio de
la política, sino la necesaria utilidad de uno de sus instrumentos, los
partidos políticos, como verdaderos interlocutores de una sociedad que debe
recuperar su protagonismo y salir de su zona de confort. Por ello, tras ocho
años sin Congreso en la provincia de Valencia, afrontamos el XVº Congreso como
una oportunidad para recuperar nuestra “normalidad” orgánica. En un momento en
el que la sociedad global vive inmersa en plena disrupción, a lomos de la
revolución tecnológica y digital, lo local, lo próximo y cercano debe recuperar
su alma para afrontar los nuevos retos del siglo XXI con una visión inclusiva
y, sobre todo, desde el convencimiento de que solo sumando se puede ser más
fuerte. Más fuerte para defender un proyecto que ha sido determinante para la
mayor transformación de esta tierra, y que tenemos que poner en valor.
El PPVal, debe seguir trabajando para resolver los problemas
económicos, sociales y políticos de nuestra Comunitat, para volver a recuperar
la confianza ciudadana en las Convocatorias Electorales a tres años vista,
contemplando la posibilidad de un adelanto de algunas de ellas.
Debemos esforzarnos en dinamizar su actividad y encontrar rápidamente
un nuevo espacio como Oposición, sin olvidar nuestra verdadera vocación de
Gobierno. El PPVal debe seguir “vivo”, no debemos caer en el error de trasladar
los centros de decisión sólo al ámbito institucional.
El Gobierno del Tripartito está cayendo en el fallo de
volver a confundir militantes y funcionarios, por ello más que nunca hemos de
lograr hacer del PPVal, un instrumento ágil, vivo y útil a la Sociedad
valenciana evitando el atisbo de esclerosis y parálisis en las que hemos estado
a punto de padecer.
El PPVal debe seguir siendo un partido centrado, abierto a
la Sociedad y en permanente relación con ella. Como un medio y nunca como un
fin en sí mismo. Solo así podremos recuperar nuestro músculo para liderar la
acción política de una sociedad que necesita referentes. Todo un reto para una organización
con más de cincuenta mil afiliados en una provincia clave en el tablero
electoral nacional. Ahí está el verdadero desafío. Recuperar la confianza de
tantos miles y miles de afiliados, simpatizantes y votantes que han ido
alejándose de su fuerza política de referencia.
La fuerza del Partido es su unidad y su estructura
democrática, la libre elección de los órganos directivos desde la base afiliada
y el libre debate de las líneas políticas a aplicar desde un conocimiento cada
vez mayor de las realidades de las ciudades, pueblos y comarcas que componen
nuestra Provincia.
A partir de estas bases, el Partido debe desarrollar una
genuina política de explicación pública en contacto directo con los medios de
comunicación para hacer llegar sus mensajes al conjunto de la ciudadanía. Un
Partido atento, foco de confianza de la mayoría de los valencianos, escuela
formativa de la política y de la gestión administrativa, un partido democrático,
sólido que sea un cada vez más útil instrumento de discriminación de la
excelencia social entre los valencianos.
Es cierto que ésta es una labor de largo aliento, pero
también lo es que ha llegado el momento de, con decisión y agilidad, reordenar
el papel de Partido para los próximos años.
Es imprescindible que la estructura organizativa del Partido
se refuerce, mejore la relación entre la dirección y las bases tanto tiempo
olvidadas y sepamos, con agilidad y rapidez, adaptar el Partido a los nuevos cambios
que la Sociedad valenciana y española va a contemplar en los próximos tiempos.
La Comunitat Valenciana necesita un PPVal fuerte, abierto,
no cerrado en sí mismo desde un concepto conspirativo, sino flexible y ágil. Un
Partido atento a la escucha de la polifonía de mensajes con frecuencia
“contradictorios” que emite la Sociedad Valenciana.
Desde estos objetivos estratégicos hemos de proponer la
necesaria adecuación de los mecanismos organizativos y de los Estatutos que
garanticen la revitalización democrática de la vida del Partido en el próximo
periodo congresual, para que el instrumento y la mediación de la acción
política del PPVal logre estas metas marcadas con transparencia, eficacia, celeridad
y así, readecuar el papel del Partido a la nueva realidad.
Así lo he defendido siempre y así lo creo ahora. Este
Congreso debe servirnos para reafirmarnos en esos principios y valores que
siempre han definido nuestra acción política. Desde un valencianismo inclusivo,
heredero de esa visión cosmopolita de una tierra abierta al mundo. Con voz
propia, referente de una sociedad orgullosa de su historia y pilar fundamental
del proyecto en nuestra Comunitat. La provincia de Valencia necesita recuperar
al mejor Partido Popular y este XV Congreso no podemos cerrarlo en falso. Junto
a Vicente Mompó tenemos la responsabilidad de conformar un gran equipo
preparado para afrontar los retos que nos aguardan. Un Congreso decisivo para
activar la provincia de Valencia, la Comunitat Valenciana y España.
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