Juan Vicente Pérez. / EPDA Ya metidos
en el equinoccio de otoño tras un verano atípico que ha seguido adulterando
nuestras vidas, empezamos el curso felicitando a Pere Valenciano y a todo el
equipo de El Periodico de Aquí por su titánico esfuerzo durante estos meses en
los que han consolidado este proyecto que da voz a las comarcas, posicionándolo
entre las webs informativas más leídas, con un crecimiento del 303’74% respecto
a 2019. Sencillamente espectacular. Espectacular también el momento que
vivimos, por obra y gracia del Sr Sánchez Pérez-Castejón, un jacobino emboscado
muñidor de esta nueva sociedad distópica.
La nueva
normalidad proclamada tras el anuncio en julio de que el virus había sido
derrotado se presenta con más incertidumbres a pesar de las intensas y
poderosas cortinas de humo de este gobierno. Mientras nuestros vecinos europeos
siguen implementando medidas efectivas para sostener a sus sectores productivos
y ayudar a los más desfavorecidos, el gobierno de la mentira sigue su sectaria
hoja de ruta, obviando aquello de lo que tanto presumían, la regeneración
democrática y aplicando su rodillo propagandístico goebbeliano. Todo vale para tapar
la incompetencia e irresponsabilidad de su gestión. Solo hay que ver como la
prensa internacional ha desmontado el triunfalismo del gobierno. Somos los campeones
del desastre según Eurostat, a pesar del postureo constante del
social-comunismo gobernante que una vez más, nos lleva hacia el abismo. Así lo
ha vuelto a confirmar la nada sospechosa FUNCAS, que empeora sus previsiones
para la economía española hasta una contracción del 13%. Además, augura que el
paro llegue al 17%, el déficit al 12% y la deuda pública al 120% del PIB. Ahí
es nada.
Si a eso
le sumamos la advertencia de la OMS sobre el repunte en octubre-noviembre, se
entiende el desasosiego de la gente de bien. Amas de casa, autónomos y
trabajadores, estudiantes, empresarios, preocupados y ocupados por los efectos
directos de esta nueva realidad tan cacareada desde el gallinero gubernamental,
que sufren directamente en su día a día. Hasta los “intocables” jubilados y
funcionarios están ya en el punto de mira de este gobierno, al tiempo. La inmensa mayoría de ciudadanos de este país
sigue con estupefacción la política panfletaria del gobierno. Un gobierno
ocupado en “su” realidad, alejada de la del resto, en reescribir “su” historia
y manipularla como instrumento de su acción política. A ellos les va muy bien. Pero
solo que hay que salir a la calle y escuchar a una sociedad sumida en la
incertidumbre frente a lo que se nos viene encima, a pesar del manual de acción
que han recibido los militantes del sanchismo para seguir manteniendo el debate
que les interesa.
El nuevo
César, con su imposición ideológica y la sumisión del Estado a su voluntad,
busca subvertir aquel espíritu que surgió de la Ley para la Reforma Política
que abría una oportunidad única a una sociedad ávida de Libertad y Concordia. Sanchez
y sus arúspices monclovitas siguen engañando a todos, todo el tiempo y
relegando a la Oposición a un papel irrelevante en su particular feria de las
vanidades. Ni los 10 pactos que Casado le ha ofrecido en un ejercicio de
grandeza política y sentido de estado, ni las constantes advertencias y
llamadas al dialogo por parte de los Agentes Sociales para reconducir este
deriva irresponsable, hacen mella en un Sánchez protegido por su escudo
narcisista. Pero no se preocupen, Sánchez vela por todos nosotros. Los
“recortes” se acercan, el “repunte” continua, la historia se repite (haciendo
bueno al ZPSOE) y pudiendo haber aprendido de nuestros errores volvemos a
empezar. Lo peor es que este nuevo Dolos ha creado su propio Pseudologos
con pies de barro. Un peligroso instrumento para combatir esa necesaria
virtud que debería regir el comportamiento de los hombres, la verdad y sinceridad.
Alétheia, como dispuso Prometeo.
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