Fernando Ntutumu, coordinador de EU en Albal (l"Horta Sud-Valencia). VOX Albal lo
vuelto a hacer. La concejala de VOX Raquel García ha utilizado sus
redes sociales, y las de su partido, para atacar a un ciudadano de
Albal: en esta ocasión, a mí mismo. Primero atacaron al Col·lectiu
per la Sororitat, y ahora dirigen su odio contra mí.
Sin embargo, no
les culpo porque atacar la disidencia va en su ADN. Pero sí es un
motivo más para evitarlos como socios de gobierno, y así se lo he
sugerido en varias ocasiones al alcalde. Y para muestra, un botón:
en el último pleno les pedí la dimisión y dije verdades tales como
que son antifeministas y tránsfobos. Ellos, por el contrario, me
descalifican personalmente en las redes del partido y me llaman
indocumentado. ¿Indocumenqué? Con todo el respeto para las
personas en situación irregular, soy español de nacimiento i
albalenc per decisió.
Y no entiendo el
enfado, la verdad. Si son antifeministas y tránsfobos, que lo digan
y sean coherentes. Si lo perciben como insulto, deberían hacérselo
mirar. Pero, por eso no les culpo; culparía en todo caso al PP y a
AVANT por pactar con ellos; y a ellos mismos por no aclararse con lo
que piensan.
Y no culpo,
tampoco, a sus votantes. Entiendo que el de VOX fue un voto de
protesta ante demasiados años de un mismo gobierno o, al
menos, un mismo alcalde que antaño hizo las cosas mejor. Quizás el
partido de centroizquierda pecara de conservadurismo y falta de
renovación, cosa que el pueblo castigó. Y quizás la izquierda de
Albal pecara de floja o de excesivamente transigente y, por tanto, de
irrelevante. Por eso no culpo a las personas que votaron a VOX,
tenían todo el derecho a protestar.
Y, por todo esto,
también, sé que el mensaje de las urnas dirigido a la izquierda de
Albal, representada por Esquerra Unida, es claro: se nos exige más
trabajo, más presencia y más relevancia. Y en eso estamos, Albal.
Ahora ladran, señal que cabalgamos.
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