Edificio del Veles e Vents de la Marina Real. FOTO FDMVValencia es la tercera ciudad de España, tras Madrid y Barcelona, pero lo cierto es que la capital y la segunda se llevan las principales inversiones, proyectos y eventos de toda índole. Sevilla y Zaragoza tuvieron sus Expos en 1992 y 2008, respectivamente, pero en Valencia, más allá de la Copa América y de la Fórmula 1, siempre queda descolgada. Valencia pudo ser la sede de Euro Disney, pero los franceses presionaron para llevársela a París. También de Euro News. Nada. Otro proyecto que pasó de largo por la falta de apoyo político. Eso hay que cambiarlo. Para ello, somos los propios valencianos quienes debemos, en primer lugar, ser conscientes de la importancia de organizar eventos multitudinarios que nos sitúen en el mapa mundial. Esto se traduce en inversiones, notoriedad, progreso. Ambición e ilusión para que Valencia no se quede descolgada frente a Madrid y Barcelona, pero también frente a otras ciudades que por diversas razones, normalmente políticas, acaban pasando por delante de Valencia. Podemos soñar, debemos soñar, pensando en nuestros hijos y nuestros nietos. ¿Por qué no unos Juegos Olímpicos? Madrid y Barcelona ya lo han hecho todo o casi todo. Ahora es la hora de Valencia.
España se lo debe a Valencia. Una ciudad y una comunidad infrafinanciadas, que lleva 40 años ninguneada. Mientras Felipe González llevaba la Expo a Sevilla en 1992 como gesto ante los Juegos Olímpicos de Barcelona, para complacer al andalucismo gobernante; mientras la última autovía terminada entre dos grandes ciudades españolas, fue la N-III, entre Madrid y Valencia; el AVE entre la primera y tercera ciudades fue de los últimos y aún estamos a la espera del Corredor Mediterráneo; con un aeropuerto, el de Manises-Valencia, ridículo, y el de Barcelona a punto de ampliarse por el enésimo pago político a los nacionalistas catalanes; mientras todo esto sucede, nuestra ciudad y nuestra comunidad sigue perdiendo peso específico en España, a la que tantas glorias ofrenda sin que España tenga un gesto con su tercera ciudad.
Valencia es hermosa. Tiene un potencial increíble. Necesita ambición e ilusión para posicionarse en España, Europa y el mundo. España tiene, además, una deuda con esta ciudad.
Sé que hablar de Juegos Olímpicos suena muy ambicioso. Pero no hay sueños irrealizables, sino sueños bonitos. Como dijo Eleanor Roosevelt, ''el futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños''. Y entonces, a veces, con convicción, ilusión, ambición, se convierten en realidad.
Es la hora de Valencia. Es la hora de la Comunitat Valenciana.
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