El técnico asturiano Marcelino García Toral, en su despedida. EFE/Ana Escobar/Archivo
El Valencia cumple este viernes un año de la destitución de Marcelino García Toral como entrenador, momento en el que empezó un periodo de crisis en la entidad, con el equipo ahora fuera de Europa y un divorcio entre buena parte de la afición y el máximo accionista del club, Peter Lim.
La decisión de prescindir de Marcelino llegó con la Liga ya empezada y apenas dos meses después de que el equipo se hubiera proclamado campeón de la Copa del Rey.
No hubo razones oficiales para la decisión en ese momento pero en la rueda de prensa en la que el presidente Anil Murthy presentó ese mismo 11 de septiembre a Albert Celades como nuevo entrenador destacó que “el Valencia debe defender su filosofía de promocionar a sus jóvenes de la Academia”.
Un mes después y en una entrevista en la web del club Murthy dijo que la petición de fichajes del entrenador asturiano “era inaceptable, un desafío y una discrepancia individual constante hacia ese modelo de club y que no iba a parar. Su proyecto era distinto al del propietario".
Tras la marcha del entrenador se produjeron, pactadas y en las siguientes semanas, las salidas de Pablo Longoria, director de fútbol del club, y de Mateu Alemany, director general de la entidad.
Todos estos movimientos provocaron críticas públicas por parte de varios pesos pesados de la plantilla, que durante unos días se negaron a hablar con los medios hasta que el club diera su versión de los hechos para no tener que ser ellos los que defendieran una decisión que aseguraron no compartir.
Pese a todo, los resultados deportivos se mantuvieron hasta el mes de diciembre e incluyeron la clasificación para los octavos de final de la Liga de Campeones, un escalón al que hacía años que la entidad no llegaba.
Solo esa clasificación, con una victoria a domicilio en Países Bajos ante el Ajax en la última jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones, que se convirtió en el mejor momento de Celades en el club, y una victoria en enero en casa ante el Barcelona fueron las dos únicas buenas noticias deportivas a lo largo de toda la temporada.
Con el inicio de 2020, la marcha deportiva se torció, llegaron las eliminaciones en la Supercopa, la Copa del Rey y la propia Liga de Campeones, además de un progresivo alejamiento de los puestos europeos en la Liga.
Después del parón por la pandemia, los resultados no llegaron y el club destituyó a finales de junio a Celades, pero la llegada de Voro González al banquillo no sirvió para reconducir la situación y el equipo se quedó fuera de Europa.
La crisis por el covid-19 y por el actual escenario sin participación en competiciones continentales han ido acompañadas de la decisión del club de vender (Francis Coquelin y Rodrigo Moreno), dejar salir (Dani Parejo) o no renovar (Ezequiel Garay) a algunos de sus referentes, con un único fichaje, el del nuevo técnico, Javi Gracia.
Jugadores como Dani Parejo o Rodrigo Moreno no han sabido decir si su salida ha tenido que ver con su respaldo a Marcelino, algo que tenía claro el ex capitán Paco Camarasa, despedido como delegado del equipo.
Esta situación ha provocado un creciente descontento de aficionados, que se ha traducido en manifestaciones contra la gestión de Lim, en un comunicado de la Agrupació de Penyes en el que mostraba su disgusto con la misma y pedía la salida de Murthy e incluso en una denuncia judicial del ex consejero Antonio Sesé.
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