Jaime Navarro. / EPDA Ahora que desde hace bien poco nos veníamos librando y por fin, de aquellos siniestros tratamientos por los que se intentaba mudar el gusto natural que una persona sentía hacía un determinado sexo. No hay más que recordar al respecto las oscuras terapias que hubo de padecer incluso un jovenzuelo LOU REED, con electroshocks incluidos, según nos refirió en su día el genial y melancólico bardo de NEW YORK.
Y ya que por fin habíamos experimentado pues este indudable avance en los enjundiosos mundos de la psiquiatría y la psicología, hete aquí, y para que luego se diga que nuestro actual gobierno FRANKENSTEIN.2, no gobierna y no saca una pinche ley adelante; que el propio Presidente y hace bien poco en la radio, nos ha anunciado otra buena nueva.
Que no es otra qué, y para suplir estos horribles tratamientos de conversión mayormente de
gustos sexuales arbitrariamente considerados desviados, ya en franco desuso e incluso legalmente prohibidos, con los graves perjuicios por ello para los profesionales que tan infelizmente al parecer los perpetraban, y en aras obviamente de no aumentar en más la lacra del desempleo que tan consuetudinaria padecemos; especialmente en el ámbito sanitario.
Es por todo ello, que a partir del próximo 17 de julio, según ufano y con precisión suiza nos anuncia nuestro Presidente, se tomará la sana y muy sabia medida y tan provisoria, de administrar ya solo estas curas conversivas, psicológicas y/o psiquiátricas, exclusivamente a todos aquellos miembros de la Judicatura y del Cuarto Poder, que tan incorrectamente persistan en esa irrefrenable atracción hacía figuras políticas tan socialmente rechazables como AYUSO, FEIJOO o ABASCAL. O que les ponga sin más, sus lúgubres ideologías, fantasías, provocaciones o monólogos.
Reservándose obviamente las terapias más severas, incluidos los expeditivos electroshocks, para aquellos miembros del Poder Judicial, y de la prensa, que manifiesten además una morbosa debilidad o inconfesable inclinación, hacía personajes tan atrabilarios como ALVISE y/o el mismísimo PELUCA MILEI.
Que todo sea no ya por la improbable y hoy ya felizmente proscrita "regeneración" sexual; pero sí por este más que plausible cambio hacía la verdadera calidad y la tan deseable limpieza y transparencia en nuestra aún joven democracia.
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