Susana Gisbert, fiscal y escritora. /EPDAEl otro día alguien me preguntaba si había visto determinada serie. Mi respuesta suele ser la misma, que no, porque confieso que soy un poco viejuna y no me acostumbro a eso de sentarme delante de la tele y meterme entre pecho y espalda un montón de capítulos de tirón. Y no sé si lo haré.
Además, siempre que me hacen esa pregunta, me vienen a la cabeza recuerdos de otra época. Sobre todo, de mi infancia, cuando, si alguna compañera de cole preguntaba si habíamos visto la serie “de ayer”, todo el mundo sabía a qué serie se refería. Entonces, solo había un canal -dos, a lo sumo, con la UHF- y veíamos lo mismo al mismo tiempo. Si nos dejaban, claro, que entre esos dos rombos que nos vetaban y la familia Telerín o sus sucesores mandándonos a la cama, tampoco era fácil. Aunque había algunas que no nos la perdíamos y que han pasado a formar parte de nuestro particular baúl de los recuerdos.
Dependiendo de a qué generación pertenezcamos, recordamos series como Curro Jiménez, La casa de la Pradera, Heidi, Mazinguer Z, Anillos de oro, Starsky y Hutch, Dallas, Falcon Crest o Los ángeles de Charlie, o aquellas miniseries que bajo el paraguas del título de “Grandes Relatos” contaban historias completas en unos pocos episodios. Y luego están las que pertenecen a muchas generaciones a base de una reposición tras otra, como Verano Azul, o esas series españolas que plasmabas novelas atemporales como La Regenta, Cañas y barro o Los gozos y las sombras. Seguro que cualquiera que me lea y tenga ya cierta edad recuerda una, otra o todas.
Ahora las cosas ya no son así. Hoy las series vienen empaquetadas en plataformas de pago y se pueden ver cuando se quiera y como se quiera. Nada de esperar a que la siguiente semana haga realidad la promesa con la que acababan muchas de ellas: “Continuará…”
Ante esto, me pregunto si esas series que marcaron nuestra vida hubieran tenido tal influencia si no hubiéramos tenido la obligación -o casi- de verlas, porque era lo que había. ¿Las recordaríamos igual? No me atrevo a responder. Puede que alguna sí, como ha ocurrido con “Juego de tronos” y alguna otra, que todo el mundo conoce, aunque se hayan emitido en plataformas. Bueno, todo el mundo menos yo, al parecer, que existe pero que, hasta hoy, no he visto un solo capítulo. Nunca encuentro el tiempo.
Soy rara, pero sigo prefiriendo administrar mi tiempo, si lo tengo, con un buen libro, como siempre. Porque hay cosas que no cambian. Por fortuna.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia