Instante de la demostración del test que los investigadores realizaron ante el conseller de Sanidad Los investigadores del Laboratorio del Microbioma Oral del Área de Genómica y Salud de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (FISABIO), Dr. Alejandro Mira Obrador y Áurea Simón Soro han desarrollado un test diagnóstico que predice el riesgo de cada persona a desarrollar o no caries dental en el futuro y la causa de la misma.
El Conseller de Sanitat, Manuel Llombart, ha visitado hoy el centro para conocer el funcionamiento del denominado SIMMA test (Salivary Immune and Metabolic Marker Analysis), que consiste en una muestra de saliva que se recoge en el momento posterior al cepillado de dientes.
"Esta nueva patente nos permitirá abordar la enfermedad desde la prevención, lo que es muy significativo teniendo en cuenta que la caries afecta al 80-90% de la población. Es importante atacar el problema sobre la base, entender la forma de actuar de los organismos que causan la enfermedad y diseñar estrategias que puedan prevenirla antes de que se produzca", destaca el conseller de Sanitat.
Entre 25 moléculas medidas en la saliva, los investigadores de FISABIO han seleccionado 6 de ellas, que son las que permiten predecir a través del test si el paciente tiene una tendencia natural a desarrollar o no caries.
Estos 6 compuestos pueden ser utilizados como "biomarcadores" de la enfermedad. De ellos, dos hacen referencia a competencias inmunológicas; dos, a la capacidad de adhesión de los microorganismos; y otras dos a la capacidad de neutralizar ácidos o amortiguar las variaciones de pH.
"La importancia del test radica en que no sólo en que determinará el riesgo a desarrollar caries, sino también el origen biológico de dicho riesgo, es decir, si hay desequilibrio inmune, tendencia a la adhesión de organismos cariogénicos, y/o capacidad de neutralizar ácidos", señala el Dr. Alejandro Mira, descubridor de la bacteria que actúa contra la caries, Streptococcus dentisani, reconocida como una nueva especie.
"Ello permitirá plantear un tratamiento personalizado preventivo a cada individuo y poder prevenir el riesgo antes de que aparezca. Porque aunque la gente considere que la caries es inevitable, en verdad, los dientes no tienen fecha de caducidad", destaca la odontóloga Áurea Simón Soro, recientemente galardonada con los II Premios Talento Joven CV y con el Premio de investigación de la Sociedad Española de Salud Pública Oral.
El test, que ofrece una fiabilidad del 98%, se ha probado inicialmente en un estudio en el que han participado 20 personas con y sin caries en diferentes momentos de la formación del biofilm dental. Actualmente se está incrementado el número de muestras tanto en adultos, como en niños.
Una vez patentado el test, la Fundación FISABIO ya ha iniciado conversaciones con algunas empresas interesadas en la comercialización del mismo, con el objetivo de crear un kit de diagnóstico dirigido a profesionales del sector, así como el desarrollo de una línea de productos de higiene oral, que de manera personalizada y según el resultado del test, sirva como tratamiento preventivo de caries dental.
Actuales test diagnósticos
Actualmente existen en el mercado una serie de test diagnósticos para el riesgo de la caries, basados tanto en análisis genéticos, del pH, como en componentes bacterianos en saliva.
Frente a todos ellos, el SIMMA test se posiciona como un test más preciso que los anteriores gracias a la combinación de diferentes marcadores. Asimismo, es el único que ofrece un resultado cuantificable, indicando el porcentaje de riesgo de una persona a desarrollar caries.
Los actuales test basados en componentes bacterianos son bastante limitados, ya que sólo miden la cantidad de bacterias Streptococcus mutans y Lactobacillus presentes en la saliva. Estos test tienen poco valor predictivo ya que se ha demostrado que hay decenas de agentes microbianos implicados en la formación de la caries, no sólo estos dos.
Por otra parte, los test de pH miden la capacidad de la saliva para regular el ácido, aunque se ha demostrado que éste es sólo uno de los factores que condiciona la caries. Por lo que respecta a los test genéticos, estos aún se encuentran en fase de desarrollo inicial y relacionan las mutaciones en el ADN que predisponen a sufrir caries, sin tener en cuenta las posibles mutaciones que al mismo tiempo pueden contrarrestar este efecto.
Caries: descripción y prevalencia
La caries está considerada como la enfermedad infecciosa más extendida del mundo, ya que afecta al 80-90% de la población. La caries no sólo provoca pérdida de dientes o dolor, sino que una mala salud bucal influye sobre otras enfermedades sistémicas, como puede ser el cáncer de esófago y estómago, e incluso en enfermedades cardiovasculares.
Según el estudio de Salud Bucodental Infantil en la Comunitat Valenciana 2010, impulsado por la Dirección General de Investigación y Salud Pública de la Conselleria de Sanitat y por el Departamento de Estomatología de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universitat de València, los valores de incidencia de la caries en niños de la Comunitat Valenciana durante el periodo de 1998 a 2010 ha bajado considerablemente.
Según dicho estudio, en 1998 la prevalencia de la caries en primera dentición en niños de 6 años era del 32'8, bajando a un 30% en 2010. En niños de dentición permanente de 12 años, ha pasado de 45'9% a 37'7%. En niños de dentición permanente de 15 años, ha bajado de un 69,3 en 1998 a un 43,6% en 2010.
En los últimos años, los investigadores del laboratorio del Microbioma Oral de FISABIO han estudiado cómo se produce el proceso completo de la caries, los microorganismos asociados a cada paso y su papel en cada uno de ellos.
Y han planteado un nuevo enfoque sobre la formación de la caries, cuyo resultado fue publicado en el artículo científico A Tissue-Dependent Hypothesis of Dental Caries, firmado por los investigadores Alejandro Mira, Áurea Simón-Soro, Pedro Belda-Ferre, Raúl Cabrera-Rubio y L.D. Alcaraz.
Este artículo científico aporta luz a lo que hasta ahora se consideraba que era el origen de la caries, y pese a que confirma que al principio de la formación de la misma influyen tanto la dieta como el ácido que producen las bacterias y que desgasta el esmalte; una vez la caries ha llegado a la dentina, las bacterias que entran en acción son otras distintas, degradando el colágeno.
Así pues, en esta segunda fase de la formación de la caries ya no influyen la dieta y el ácido, como se pensaba, desmontando el concepto tradicional de lo que se había creído en los últimos 100 años sobre su formación.
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