Enterramiento en el subsuelo del temploLas
obras de rehabilitación de la ermita de San Francisco Javier de Soneja han
sacado a la luz importantes restos y evidencias históricas de gran interés, y
no sólo se están documentando las diferentes fases constructivas del edificio
barroco, desde sus inicios a las diferentes reformas posteriores, de tiempos
ilustrados hasta el S. XX, sino que también se ha descubierto la existencia en
su subsuelo de un edificio tardoantiguo, posiblemente visigodo.
Cabe
recordar que el edificio es obra de nueva planta, edificado a finales del S.
XVII por influencia de los jesuitas en la comarca del Alto Palancia, y en el
que actualmente se estaban realizando varios trabajos con el objetivo de
reforzar su cimentación, de cambiar la pavimentación interior del edificio, así
como de mejorar la de red de saneamiento, han explicado representantes de la
diócesis
Así,
tras las prospecciones ordinarias de control y seguimiento arqueológico
realizadas en el subsuelo del templo, se ha encontrado una estructura datada
mil años antes del inicio de la construcción de la ermita, y con orientación
norte-sur.
Los
potentes muros de mampostería y argamasa de cal, junto con la presencia de
fosas simples y múltiples, con cubierta de losas de piedra y enterramientos
humanos en su interior, un pavimento central realizado enopus signinum(material
de construcción utilizado en la antigua Roma) a modo de vía sacra, han
permitido a los expertos acotar una primera cronología de alrededor de los
siglos VI-VII.
Los
investigadores, aún en pleno proceso de trabajos y estudios previos, se
enfrentan a un gran edificio, posiblemente religioso, revocado de estucos y
policromías interiores, que podría constituir casi con toda probabilidad una de
las primeras construcciones conservadas, esencialmente dedicadas al culto
cristiano en tierras de nuestra diócesis de Segorbe-Castellón.
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