Feliz Año Nuevo.Dejamos hoy un 2020 horrible con la irrupción del coronavirus y comenzamos un 2021 de esperanza con la vacunación que ya ha comenzado y que supondrá el principio del fin de esta pesadilla que ha causado tantas muertes, tanto sufrimiento y ha hundido la economía. Seguramente ha sido lo más parecido a los efectos que cualquier guerra prolongada en el tiempo causa en el lugar donde se produce. Quedan todavía muchos días en los que no se puede bajar la guardia, especialmente en Nochevieja, evitando confiarse en reuniones o fiestas con amigos y familiares. Aquí el riesgo de contagio se multiplica y puede suponer un enero de infarto con hospitales y UCIs colapsados, con más muertos, contagiados y un caos que debemos evitar. Podemos divertirnos pero con mucha cabeza y sentido común, manteniendo las distancias de seguridad, con ventilación y evitando más de 6 personas. Esto no es ninguna broma. Ya tendremos tiempo de celebrar el renacimiento del mundo como lo conocíamos hasta febrero-marzo de 2020 cuando la pandemia haya sido vencida del todo.
El 2020 ha sido horrible. Hemos visto morir a cientos de miles de personas en todo el mundo, hemos visto cómo a otras muchas les quedaban secuelas de por vida y en lo económico se ha producido un tsunami que ha arrasado con empresas y comercios de toda la vida, que no han podido aguantar el confinamiento y las restricciones que todavía hoy se han impuesto por parte de los distintos gobiernos. Por eso, repito que es el momento de la empatía y de la solidaridad, de mostrar nuestro lado más humano y comprensivo hacia los demás, hacia las personas que peor lo están pasando, hacia nuestros padres y abuelos que viven prácticamente recluidos en residencias o en sus hogares y que prácticamente han perdido un año de sus vidas, sin poder relacionarse con sus seres queridos. Por ellos y ellas no debemos bajar la guardia.
El 2020 termina tras superar un durísimo confinamiento domiciliario, con la paralización casi absoluta de la economía, para retomar la mal llamada nueva normalidad paulatinamente, sin poder volver a ser como éramos antes de la llegada del maldito bicho. Aglomeraciones peligrosas, el ocio nocturno cerrado, normas y precauciones con amigos y familiares y en nuestros lugares de trabajo... Todo esto nos quedará marcado de por vida, con efectos psicológicos en muchas personas.
Y damos la bienvenida al 2021 con la vacuna que supone el principio del fin. Cuando hay dinero, la ciencia es capaz de encontrar soluciones en tiempo récord. Entre 6 y 10 meses se ha tardado en lograr una solución al virus, mientras que en otras enfermedades que han hecho estragos a lo largo de la historia han sido hasta de 30 años y ahí tenemos el VIH que parece ser que no interesa, no hay medios, para encontrar un antídoto.
El 2021 debe ser mejor por narices. Pero para ello todas las personas debemos mostrar esa responsabilidad, empatía, solidaridad, esfuerzo, ánimo, ímpetu y confianza que necesitamos para pasar página cuanto antes. Feliz Año Nuevo. Seguiremos informando.
#únetealaQ
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