Técnicos trabajando en el Digestor Dinámico In Vitro./EPDA
Laboratorio de Química./EPDA
Planta industrial de FSC./EPDA Durante 2023, y con una inversión de 334 millones de euros en los centros tecnológicos de la Comunitat Valenciana, se ha conseguido un impacto social de alrededor de 3.883 millones de euros, lo que supone un retorno a la sociedad 11,63 veces mayor a la inversión realizada. Este es uno de los principales resultados que se pueden extraer de un estudio elaborado por la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (REDIT) con la colaboración de la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo.
Esta cifra supone un incremento con respecto al año 2022 tanto de la inversión, que subió un 38,33%, (de 241,5 millones de euros a casi 334) y del valor del impacto social que aumentó un 11,12% (de 3.495 millones a más de 3.883).
Además, la actividad de I+D de los centros generó 1.142 millones de euros de impacto positivo en los ODS, sobre todo en el ODS 8, trabajo decente y crecimiento económico; en el 9, industria, innovación e infraestructura; en el 13, acción por el clima y en el 17, alianzas para lograr los objetivos.
Destaca también el impacto social generado en el ecosistema de innovación por los institutos tecnológicos. Si ponemos el foco en los servicios que ofrecen a las empresas, consiguen un impacto de casi 53 millones de euros en las pymes y 127 millones en las grandes empresas. En cuanto a la cooperación en I+D de los centros tecnológicos con otros agentes y empresas, el impacto de los centros en las pymes de la Comunitat Valenciana supera los 22 millones y en las grandes empresas los 5.4 millones. Con otros agentes estratégicos como son las universidades, se ha situado en los 15 millones y entre los centros tecnológicos llega a los 26,7 millones de euros.
Por último, los centros han impactado de diferentes maneras en la sociedad, por ejemplo, con más de 48 millones relacionados con la difusión de su actividad y los casi 30,5 millones por la lucha por la igualdad de género. También han tenido un impacto muy importante en las actividades formativas con más de 9 millones destinados a la formación para desempleados, los 3,5 millones para prácticas de estudiantes universitarios y los 1,78 millones para estudiantes en prácticas de FP.
Impacto de la asociación REDIT
En cuanto a REDIT como asociación, con una inversión total de casi 130 millones de euros, se ha obtenido un impacto social de más de 392, 5 millones. Esto significa un incremento de un 14% con respecto a 2022, ya que se ha pasado de 344 millones de euros a 393. Esto supone que, por cada euro invertido en las actividades de la entidad, se ha obtenido un retorno social de 3,02 euros. Asimismo, hay que destacar que el 15% del impacto social total de los institutos tecnológicos, es decir, 575,5 millones, corresponde al trabajo desarrollado por la asociación REDIT.
El director general de REDIT, Gonzalo Belenguer, ha destacado que "desde la Red llevamos años realizando mediciones del impacto que tenemos en las empresas y en el territorio pero este estudio es especialmente inspirador porque no permite ver con claridad el claro impacto social y medioambiental que tienen los institutos tecnológicos". "Además-ha explicado-nos permite evidenciar que cuando se invierte en agentes de conocimiento tractores como los centros tecnológicos, se influye directamente en las personas, por lo que se puede ver el efecto de esta inversión pública".
Por último, el director de REDIT ha puesto el acento "en el impacto que generamos apoyando a los centros y que se ha cuantificado en más de 575 millones, lo que permite ver también la importancia de trabajar de manera colaborativa".
Para la elaboración de este análisis, se ha utilizado la metodología SROI, que se centra en el retorno social de la inversión teniendo en cuenta aspectos extra financieros como la desigualdad y la igualdad de género. En este sentido, REDIT ha sido pionera ya que este tipo de estudios han sido impulsados tradicionalmente por gobiernos o ecosistemas de innovación de forma unilateral, pero nunca por parte de institutos tecnológicos. Actualmente es el método más utilizado internacionalmente para medir el impacto social y el único que permite llegar a una cifra económica de retorno de la inversión.
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