Pere Valenciano durante la presentación del libro en FNAC. / PLÁCIDO GONZÁLEZ Pere Valenciano fue candiato a dirigir la radiotelevisión pública valenciana À Punt. Pero un concurso amañado hizo que la primera directora general fuese Empar Marco, un hecho que acabó en los tribunales. El TSJ primero y el Tribunal Supremo dio la razón al tercer candidato con mejor Curriculum y anuló el nombramiento de Marco, cuando la filóloga y ex corresponsal de TV3 ya había consumido los 3 años al frente de la sustituta de Canal 9. El libro está a la venta en las principales librerías, como la FNAC, El Corte Inglés o Casa del Libro, así como en Amazon.
¿Qué le ha supuesto escribir su primer libro ‘À Punt. Crónica de un fracaso anunciado’?
Mucho esfuerzo porque escribir un libro trabajando es costoso. Mucha documentación, porque aunque tenga una parte importante de subjetividad, al ser yo mismo quien denunció el nombramiento de Empar Marco que luego el Tribunal Superior de Justicia lo anuló y el Tribunal Supremo lo confirmó, al mismo tiempo es un libro muy objetivo porque está basado en muchísimos artículos de prensa y documentación que solo tenía yo. Ha sido un esfuerzo enorme, pero muy liberador. Me ha servido también como terapia y es útil en tres sentidos: para hacer justicia, para que lo lean periodistas, gente del ámbito de comunicación audiovisual, profesionales del sector y también con la intención de que no se repitan estos errores desde el ámbito público/político.
¿Cierra un ciclo con el libro?
Sí, aunque los ciclos se cierran solo cuando uno se muere. Con esto doy por terminado mi ilusión por haber sido director general de À Punt en el corto plazo porque ya no he optado a la tercera reelección que están haciendo ahora y creo que no hay que dar más batallas ni enredarse en cuestiones donde no le corresponden a uno en un momento determinado. No me quieren, estoy vetado y es lo que hay. Con esto no quiere decir que en un futuro sí porque nunca se sabe lo que nos va a deparar ¿Me gustaría ser director general de la radiotelevisión de todos los valencianos y valencianas? Sí, sería un honor y una ilusión. Pero ahora mismo ese ciclo está cerrado, nunca se sabe lo que puede pasar de aquí a unos años, por qué no en un futuro. Para un profesional es un reto bonito.
¿Cómo le plantearon el proyecto?
El Grupo Sargantana y NPQ nos reunimos y lo comentamos. Siempre he pensado que era una historia que solo yo la podía contar y que sería bueno que se contara a modo manual de cómo no deben hacerse las cosas en lo público. No puede hacerse un concurso público y que resulte un tongo. Se disfrazó de legalidad, de los 20 candidatos nombraron a la persona con el tercer peor currículum. Tenía la voluntad de escribirlo a modo terapéutico, para pasar página y para denunciar la situación, una injusticia no solo conmigo, sino también con otros extraordinarios candidatos.
Como indica Vicente Ferrer Molina en el prólogo te has “plantado contra la corriente dominante” y te compara como “la lucha de David contra Goliat”…
Sí, pero con un resultado extraño. Es la victoria de David contra Goliat porque gané un proceso con todos los obstáculos del camino y ese Goliat es el Sistema, el poder público, los medios de comunicación que en buena parte minimizaron este escándalo. Es un resultado totalmente agridulce, habiendo victoria y teniendo razón no conseguí nada, por eso el libro es justicia poética en prosa. En el libro hago justicia no solo contando mi caso, sino que intento que el libro sea también un ejercicio de homenaje a otros candidatos que merecían más que la ganadora. Soy un defensor de la meritocracia, trayectoria, liderazgo de equipos, del emprendimiento y creo que lo representaba muy bien. Es una victoria pírrica, porque es una victoria en toda regla y una vergüenza para el poder. Todo ha seguido igual, ha quedado plasmado en un libro donde se recoge cosas objetivas como la sentencia, el proyecto de Empar Marco y se analiza sus incumplimientos. Es un libro que deberían leer y promover en las facultades de Ciencias de la Información, a pesar de que en ellas tampoco estuvieron a la altura durante el proceso.
En el libro defiende una radiotelevisión pública valenciana plural y abierta…
El libro me ha generado alguna crítica de gente que no se lo ha leído, esto es muy lamentable en la profesión, periodistas que critiquen sin leer rompe con la obligación de un buen periodista. El libro precisamente es una defensa a ultranza del servicio público de radiotelevisión que siempre he defendido y el título es un toque de atención. Es un servicio imprescindible que vertebra la Comunitat Valenciana, promueve el uso social del valenciano y da visibilidad a todas las minorías y colectivos, pero debe ser abierta plural y no sectaria. Hablo de una crónica de un fracaso anunciado porque todo se hizo mal en los primeros tiempos y la radiotelevisión de À Punt ha sido un fracaso en todos los sentidos, desde el punto de vista de audiencia, de la vertebración o del uso social de la lengua. Si no conecta con la sociedad no está haciendo bien su trabajo. Todo está mal creado. Con Empar Marco teníamos una audiencia horrible, absolutamente fuera de onda de la Comunitat Valenciana. Es un libro para el optimismo, para que puedan cambiar las cosas y que tengamos una radiotelevisión pública en el territorio valenciano al nivel de TV3 de Cataluña, Aragón TV o Canal Sur porque todas las televisiones autonómicas públicas tienen mucha más audiencia que À Punt y no me vale que sea nueva. Es una tele sectaria y excluyente que debe resintonizar con la sociedad valenciana, amén del nombre, que fue otro grave error.
Hablando con perspectiva, ¿ha valido la pena toda esta lucha en solitario?
Habrá gente que pensará que no vale la pena pelearse para no obtener nada y en parte tienen razón. En mi ADN, como persona, pero también como periodista y me he creído la importancia del periodismo, el papel que hace en una democracia y la importancia de la meritocracia. Este proceso me ha desgastado en esta creencia, pero si no denunciamos las injusticias el mundo no avanzaría nada. Cuánta gente se ha enfrentado a la injusticia en la vida e intenta hacer un mundo mejor. Qué hacemos, ¿nos callamos siempre? No podría dedicarme al periodismo. Es una cuestión de convicciones y de defensa de la justicia, meritocracia y de la profesión porque con un À Punt sectario, que es lo que hizo Empar Marco y su equipo, avalada por el Gobierno del Botànic, se impide que nuevos profesionales del mundo de la comunicación puedan trabajar en la radiotelevisión pública. No sé si con mi libro cambiará mucho o poco, pero tengo claro que tenía que hacerlo más allá de todos los problemas que me han generado. He pagado un precio alto, pero estoy orgulloso.
¿Por qué deberíamos leer el libro?
Porque pongo a cada uno en su sitio, candidatos, miembros del Consell Rector y políticos y hay muy buen análisis e información y crítica con mucha retranca.
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