Juan Benito Rodríguez Manzanares /EPDA Pasado, presente y futuro se unen en Relleu, un pequeño pueblo eminentemente agrícola del interior de la Comarca de la Marina Baja, en Alicante, que ha sabido volver a poner en valor un lugar con una gran historia. Así, donde hubo un pantano y una presa que en el momento de su construcción marcaron un hito histórico, hoy en día hay una pasarela colgante desde la que tendremos unas impresionantes vistas y podremos rememorar el pasado de este enclave, eso sí, pagando un módico precio.
Para contextualizar lo dicho, nos hemos de retrotraer a finales del siglo XVII, época en la que se estima que se concluyó la presa de Relleu, la cual, junto a las presas del pantano de Tibi y el pantano de Elche, se consideran que son de las más antiguas de Europa.
La presa está situada en el curso del río Amadorio, llamado en algunos tramos «de la Vila», en el inicio de un estrecho desfiladero llamado «L’estret del pantà» («El estrecho del pantano»). Fue construida según un proyecto del ingeniero Cristóbal de Roda Antonelli (1560-1631), originalmente tenía 28 metros de alto, aunque en la actualidad tiene 32, y cuenta con una longitud total de 30 metros. Estos datos en el momento de su construcción, hicieron que esta presa se constituyera en el máximo exponente de la arquitectura hidrológica, pues se convirtió en la presa más alta y estrecha de la época, y esto fue gracias a su novedosa técnica de construcción en forma de arco de bóveda, el cual derivaba el empuje del agua a las paredes del barranco. Además, con el paso del tiempo, se convirtió en la presa más alta de España hasta mediados del siglo XIX.
Pero el momento de esplendor y funcionamiento de esta presa y de su embalse, se difuminó con el tiempo, abandonándose el uso de la misma en 1950, y en la actualidad lo que fuera el embalse tiene su suelo repleto de todo tipo de sedimentos y, está seco la mayor parte del año, llegando a tener algo de agua sólo cuando llueve muchísimo, aunque esta se filtra y evapora rápidamente.
Ahora el embalse que ha tomado su relevo, es el embalse y presa de Amadorio, situado también en el río del mismo nombre a pocos kilómetros del de Relleu.
La garganta donde estuvo la presa y el embalse de Relleu, quedaron en el olvido hasta que se acometieron las obras para construir la «Pasarela colgante de Relleu», la cual se inauguró en enero de 2022 para gozo de todas los amantes del senderismo y de las grandes emociones.
La pasarela está construida con tablones de madera sujetos a la pared de la montaña con anclajes de hierro.
Los gruesos tablones están separados entre sí unos centímetros, dejando ver a través de ellos el precipicio que hay bajo los pies de los aventureros, el cual puede oscilar entre 40 y 60 metros. Esto cataloga a esta pasarela como «no apta para las personas que padezcan vértigos».
Aunque la pasarela no es una vía ferrata (1), sí cuenta con una barandilla realizada con cable de acero sujetos con una estructura metálica, cosa que se agradece en extremo, pues esto hace de esta pasarela una vía apta para toda la familia sin tener que utilizar ningún tipo de útiles o vestimentas de escalada.
La longitud total de esta pasarela es de unos 212 metros separada en tramos, con el ánimo de que en cada uno de ellos no hayan más de cuatro visitantes por cuestiones de seguridad, es por ello que el acceso a la pasarela se hace cada quince minutos y pasan a la misma un grupo reducido de personas cada vez.
Al final de la pasarela hay un amplio mirador que tiene el suelo de cristal, como es la moda actual, lo que deja ante los pies un gran precipicio que se pierde en la garganta del cañón, y frente a la vista de los turistas, deja un imponente paisaje de montaña. Ambas imágenes después de verlas, son difíciles de olvidar.
Desde donde está la edificación de la presa, se puede subir a un cerro donde encontramos el «Mirador de la presa del pantano», desde el cual tendremos unas muy bonitas vistas.
Desde que se inauguró la pasarela en 2022, pasó a formar parte de una ruta circular marcada como Sendero Local (SL) y los colores blanco y verde distintivos de esta clase de rutas acompañan al senderista a lo largo de los aproximadamente ocho kilómetros que tiene la ruta, teniendo acceso a la pasarela aproximadamente a mitad de la misma.
La ruta comienza en el Ayuntamiento, y en cuanto se sale de la población, los almendros, olivos y algarrobos, que son cultivos por excelencia de la zona, nos acompañarán en gran parte de nuestro trayecto.
Al principio de la ruta, la cual discurre en gran medida por un antiguo camino de herradura llamado «Camí de les Ripalmes del Fasamais», en un cartel, podemos leer lo siguiente:
«Este camino viejo, testimonio de un pasado no tan lejano en el que el labrador sólo se valía de su propio trabajo y la ayuda de los animales, es ahora rescatado del olvido».
A unos tres kilómetros nos encontraremos con el lecho del «Barranc de la Cova» («Barranco de la Cueva») que es uno de los cauces que vierten sus aguas al pantano. El sendero bordea el lecho seco del embalse y en el trayecto nos encontramos con la icónica construcción de la Casa del Guarda, ahora en ruinas, y a pocos metros veremos la presa con su pared vertical, que recuerda lo que fue en su momento de esplendor.
Además, en el trayecto también nos encontraremos con azudes, acequias y balsas de riego.
Desde 2002, la Generalitat Valenciana ha catalogado el embalse como «zona húmeda», y en él y sus inmediaciones viven especies de animales como el águila perdicera y multitud de otras aves, además de anfibios, reptiles e incluso mamíferos como el jabalí o el zorro.
Verdaderamente tanto la ruta como la pasarela como la antigua presa, son dignos de verse y de sentirse inmerso en la historia que los propone este bello rincón de la geografía alicantina.
Relleu es sinónimo de buenas iniciativas para disfrutar al aire libre.
(1) Vía ferrata. Itinerario de montaña con peldaños, rieles, cables y o rampas que situadas sobre la superficie de una montaña ayuda a su escalada.
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