Varios momentos de la intensa vida del artista. //EPDA Hablar
de Paco Tormo es hablar de folkore, arte, música y Moncada. Porque
Francisco Tormo Vela, aunque nació en Valencia en 1933, no sólo
es un moncadense más, sino uno de los que más han paseado por
el mundo el nombre de este municipio de l’Horta Nord.
El
arte lo lleva en sus venas. No en vano, a sus 17 años, fue el
primer chico que bailó en la sección femenina, en 1953, en el Grupo
Provincial de Coros y Danzas de Valencia. Formó parte del
grupo Torsalona, formado por cinco valencianos -una chica
vocalista-, que tocaba dos guitarras hawaianas, una
española y un bongo. Y en Moncada ha sido, y es, un puntal de su
folklore y música local. Así, fue socio fundador de la Unió
Musical de Moncada y presidente del Grupo de Danzas hasta
el año 2010. Por si no fuera poco, es secretario de la Unión
Democrática de Pensionistas de la localidad desde hace 14 años, a
la que ha contagiado con su arte y espíritu joven, al crear la
rondalla ‘El Cant ens dóna vida’, formada por 15 músicos.
En Moncada, por
amor
Mucho
ha llovido desde que en 1975, tras unos años viviendo en
Francia, regresara a Valencia para instalarse en Moncada. El motivo,
Iluminada Martínez, quien sería su esposa, natural de San
Isidro de Benagéber, a la que conoció en un viaje a Madrid, donde
acudieron a actuar.
Toda
una vida dedicada al folklore da para muchas anécdotas. Así,
mientras tomamos un café en la terraza de Cafés Valiente junto al
Seminari de Moncada, Tormo relata mil y un recuerdos. Como aquella
vez que el grupo de folklore participaba en el Festival Mundial
que se celebraba en Francia y tuvo que interpretar en la aduana
el ‘Bolero de Carlet’. O aquel viaje, lejano en el tiempo, pero
próximo en la memoria, que llevó a grupos folklóricos y flamencos
de cinco provincias a Holanda, en 1959, cuando Manuel Fraga era
ministro de Turismo y promocionaba a España de esta manera por
el mundo. ‘‘Estuvo la reina Juliana, madre de la actual
reina, Beatriz’’, explica Paco Tormo.
12 años en
Francia
Todavía
recuerda los numerosos recitales por Valencia y provincia o
aquellas emisiones semanales en la desaparecida Radio Alerta. Después
vinieron 12 años de residencia por motivos de trabajo en
Francia, hasta que regresó en 1975 y aprobó las oposiciones como
conserje en el colegio Blasco Ibáñez.
En
este centro comenzó todo. Empezó a dar clases a todos los niños de
Moncada, lo que supuso el embrión del Grupo de Danzas, que se
creó en 1976. Con éste se ha paseado el nombre de Moncada por
medio mundo. ‘‘Hemos visitado muchos países de Europa,
también de Asia, Jordania, Japón...’’. ‘‘En Japón
-prosigue- fuimos seleccionados para participar en el 50
aniversario de la televisión y actuamos una semana en el Teatro
Nacional de Tokyo. Cada día 20 minutos’’. Esto fue en 1995. En
1989 fueron invitados por la reina Noor Al Hussein, pero la Guerra
del Golfo truncó el viaje previsto en 1990.
La
música también forma parte de su vida, como lo atestigua que
fue socio fundador de la Unió Musical, de la que fue secretario
desde 1980 hasta 1989, época dorada en la que se visitaron numerosos
países.
El
fallecimiento de su mujer le obligó a abandonar el cargo. Pero
nunca ha dejado de apoyar el folklore y la música, puesto que no
sólo sigue asesorando a los grupos locales, sino que ha creado
la rondalla ‘El Cant ens dóna vida’ que participa en
proyectos de intercambios y actuaciones en lugares emblemáticos
como el Palau de la Música o el de Congresos de Valencia.
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