Nuria Montes, consellera de Turismo. JAIME SORIANO Estamos en plena temporada estival en un año que ya está siendo de récord. ¿Qué previsiones de llegadas de visitantes maneja la Conselleria de Turismo para este verano?
Realmente todas las cifras y todas las previsiones del turismo de la Comunitat Valenciana son muy buenas. El comportamiento además está siendo especialmente bueno dentro de las Big Five, las cinco comunidades autónomas turísticas que son potentes en España (Baleares, Canarias, Cataluña, Andalucía y Comunitat Valenciana), donde la Comunitat Valenciana tiene además un comportamiento muy destacado en base al mercado internacional, que está disparado. Estamos teniendo un incremento del 22% del mercado internacional que esperamos se sostenga estos meses. Y son datos muy importantes porque 2023 ya vivió un récord de turistas internacionales. No obstante, ya observamos una cierta tendencia en la estabilización, este crecimiento tenderá a quedarse en un 6-7% aproximadamente. Es un buen dato, porque más allá del récord de turistas, hablamos también de un récords de gasto y de ingresos económicos.
Precisamente, siempre se nos haces poner la vista no tanto en la cifra como en la calidad del visitante y su impacto económico. ¿Se está mejorando en este aspecto también?
Se está gastando un 28% más, eso es una cifra realmente buena porque consolida el efecto arrastre y la distribución de la riqueza en diferentes sectores. Debemos comprender que incrementar el número de turistas, si estás superando tus máximos, puede ser incluso contraproducente si no estás creciendo también en gasto. En este caso, las cifras de turistas son positivas y las cifras de gasto lo son todavía más. Esto demuestra que el turismo ha venido para quedarse y es una prioridad de gasto para los consumidores; y que estamos dando una oferta donde permitimos a la gente gastar más.
¿Tenemos una cifra psicológica de visitantes para superar en 2024?
Nunca nos marcamos este tipo de objetivos, lo que sí tenemos son cifras alerta en las que necesitamos una inversión en infraestructuras. De ahí nuestra lucha con los aeropuertos de Valencia y Alicante, porque este año sí que entraremos en esa alerta roja al estar operando ambos al límite de su capacidad.
¿Podemos destacar algún mercado emergente de interés?
Destaca precisamente un mercado tradicional como es el británico, porque está creciendo de una manera espectacular, por encima del 20%. Es uno de nuestros principales mercados, y es que en algunos meses del año, supera incluso al turista nacional en ciertas zonas de la Comunitat. Por otro lado, en Valencia es muy destacable el mercado americano, porque sin disponer ni siquiera de conexión ni vuelo directo ya se ha convertido en el primer turista internacional alojado en hoteles de la ciudad de Valencia. Y eso es tremendamente importante, significa que las promociones en mercado americano surten efecto. Es un territorio el cual tiene más de 200 millones de habitantes y Valencia se ha metido de lleno en las ciudades preferidas de los americanos.
En cuanto al mercado interior… ¿Cómo está funcionando el nuevo sistema de bono viaje tras las últimas modificaciones?
Pues está funcionando muy bien. En este tema teníamos que innovar, tras superar la situación de Covid que generó el bono viaje anterior. Y por ello, con muchísimo menos presupuesto, hemos hecho que viajen más personas y que además se facturen más pernoctaciones, un 20% más. Hemos conseguido ese objetivo de que el bono viaje sirva para realmente desestacionalizar. Somos conscientes de que hemos recibido críticas porque hay algunas personas que viajaban durante el fin de semana con cargo al bono, pero es que la demanda del fin de semana no necesita una subvención especial. El bono debe ser reorientado precisamente como una estrategia de desestacionalización para que se utilice exclusivamente en los momentos del año o en determinados productos para reforzar la competitividad en momentos de baja producción.
¿Con estos datos, hay una previsión por mantener el proyecto también durante el año 2025?
Estamos explorando modificaciones importantes. No podemos sustituir una demanda que ya existe por una demanda subvencionada, esto no tiene ningún sentido. Con lo cual, donde debe ir la demanda subvencionada es donde la demanda no existe o es floja. Así que lo que estamos haciendo es virar este programa de Bonoviaje General a un Bonoviaje más especializado, tanto por los colectivos a los que van destinados como por los productos a los que van destinados. Ahora estamos en fase de exploración, de hacer alguna experiencia piloto ya este mismo otoño. En esta última fase, veremos convivir el bono viaje tradicional con el primer piloto de uno de los bonos dirigidos a un colectivo específico.
¿Cómo aborda el problema de la estacionalización la conselleria?
Trabajamos en una estrategia de promoción de producto, porque para lograr que el turismo tenga esos efectos beneficiosos, necesitamos que el turismo sea una actividad que se genere los 365 días del año. Es cierto que el cambio climático tiene muchísimas cosas malas, pero una cosa buena que nos ha traído es precisamente que la mejora del clima hace que la temporada turística tradicional se pueda alargar, pues el mal tiempo se reduce a los meses de enero y febrero. Pero aún así, nosotros lo que hacemos es promocionar productos que no tengan que ver con el sol y playa. El producto gastronómico, el deportivo y el interior, que además tiene una estacionalidad diferente. Sí que es cierto que los picos de producción turística siempre se van a producir los meses de julio y agosto porque coinciden con los periodos de vacaciones tradicionales y también con los periodos de vacaciones escolares. Mientras esto no cambie, seguirá habiendo cierta estacionalidad. Pero mantener ocupaciones hoteleras por encima del 70%, en el peor mes de todo el año, significa que los esfuerzos por romper la estacionalidad están surtiendo efecto. Esto beneficia al mercado laboral, necesitamos capital humano y un capital humano al que puedas ofrecer un trabajo de 365 días al año es muchísimo más atractivo que los trabajos temporales o de temporada.
Los megacruceros no podrán atracar en la ciudad de Valencia a partir de 2026. ¿Qué opinión tiene al respecto?
Yo respeto las decisiones de cada entidad, y en este caso el Ayuntamiento de Valencia y el Puerto de Valencia han activado una inhabilitación por motivo de las obras de ampliación del puerto, porque no se va a disponer de calado suficiente para que puedan llegar estas auténticas ciudades flotantes. Es cierto que si coinciden varias embarcaciones de este tipo en la ciudad, se pueden producir cúmulos de turistas en un momento determinado. Es un turismo completamente respetable, pero mi opinión es que nosotros invertimos en un turismo que pernocta en la ciudad. Ese es el que verdaderamente es importante. Y para el turismo de cruceros es importante ser puerto base y no puerto escala, pues deja una mayor rentabilidad.
¿La Comunitat tiene un problema con la turismofobia?
La respuesta es claramente no. No tenemos ningún problema de turismofobia. De hecho, este movimiento no existe ni siquiera como tal. Es un debate artificial creado al hilo de determinados movimientos de carácter político que han manifestado de manera reiterada y permanente en el tiempo un odio hacia esta actividad. El turismo es el 16% del PIB de la Comunitat, por lo tanto es una actividad que no nos podemos permitir perder, ni siquiera que se reduzca, porque eso nos empobrecería de una manera importante. Los últimos datos nos dicen que uno de cada tres euros de producción económica en España y en la Comunitat se producen por la actividad turística. Podemos no querer turismo, pero que se sepa que seremos un tercio más pobres.
¿Tiene algún límite el turismo en la Comunitat Valenciana? ¿Se manejan cifras de insostenibilidad?
El límite del turismo lo tiene que marcar la economía sumergida. Nosotros no podemos contemplar nada que haga crecer una actividad en base a ese modelo de negocio que desde luego es el que no genera ni empleo, ni ingresos, ni riqueza, ni ningún beneficio para los valencianos, con lo cual la línea roja es esa. Va a seguir siendo bienvenido el crecimiento positivo del turismo positivo, el que llega vía inversión y el que genera industria y tiene impacto en los sectores productivos de la Comunitat, este gira, sobre todo, en torno a la oferta hotelera.
¿Cree que hay algunos territorios valencianos que estén masificados o en riesgo de masificación?
No, más allá de problemas puntuales. La Comunitat Valenciana tiene un importante mercado de la segunda residencia y hay muchas poblaciones, sobre todo en la costa levantina, cuyas casas se llenan de sus legítimos propietarios en verano. En estos casos se pueden producir circunstancias más incómodas, sobre todo en cuanto al tráfico en las carreteras o se puede dar la situación de que no podamos ir al restaurante que nos gustaría. En territorio peninsular estas cuestiones de presión turística no se producen tanto. Los conceptos de la insularidad, lo que está ocurriendo en las islas, tienen otros condicionantes diferentes a lo nuestro.
Los apartamentos turísticos están en el centro del debate, por el impacto que tiene en el precio de la vivienda. Valencia ha concedido una moratoria también recientemente en este aspecto. ¿Qué opina sobre esto?
El problema de la vivienda no tiene una relación directa con el tema del uso turístico. Hay muchos otros condicionantes políticos que generan el problema de la vivienda, como es la inseguridad de los propietarios, la dificultad de poder arrendar como vivienda habitual, la falta de suelo disponible, la falta de oferta de suelo público y de vivienda asequible... No se está construyendo vivienda como se está demandando y por lo tanto los precios crecen. No obstante, cada municipio deberá decidir en base a qué modelo quiere crecer. Hay ayuntamientos en los que decidirán crecer en base a un modelo hotelero y habrá otros que regulen de una manera mucho más permisiva y permitan esta actividad, precisamente porque quieren tener un futuro turístico y no lo pueden tener en base a otras modalidades de alojamiento porque no va a haber oferta hotelera, por ejemplo, en algunos municipios del interior. Por lo tanto, cada uno tendrá que determinar en base a qué modelo quiere crecer. Y nosotros lo que vamos a hacer es tener un marco legal que permita precisamente eso.
Trabajan en que las licencias de viviendas turísticas estén ligadas al titular y no a la vivienda...
Sí, pero como cualquier local comercial. Es decir, si un empresario tiene tienda de ultramarinos, si traspasa su local a un tercero el nuevo propietario tiene que tramitar su nueva licencia de actividad. Y es que, estábamos detectando que en ciudades donde ya hay una limitación de viviendas turísticas, aquellas viviendas que contaban con licencia tienen un sobreprecio en el mercado. Y hasta ahí podíamos llegar, que se especulara con una licencia administrativa que no tiene ningún valor económico para encarecer todavía más la vivienda.
El problema para encontrar personal cualificado para el sector, podría convertirse en un freno para el crecimiento turístico. ¿Por qué cree que se da esta situación? ¿Cómo podemos abordarla?
El problema del capital humano es un problema generalizado. En todos los sectores donde acudimos todos nos reflejan que tenemos un mismo problema y es la falta de personas, una inversión de la pirámide poblacional. En esta realidad, la innovación y la tecnología están jugando un papel fundamental y cada vez veremos mayores procesos tecnificados en el turismo. Al final, el capital humano se va a centrar en ese valor de hospitalidad, el valor que da el valor humano frente a lo que puede hacer una máquina. Y desde luego, yo creo que la mejora de la desestacionalización del turismo, el poder ofrecer mejores condiciones de trabajo y lograr empleo permanentes, al final harán que se pueda atraer a un mayor número de personas interesadas. La revolución del empleo en el turismo ya ha empezado, todavía no se ha culminado, pero en unos años no será nada a lo que conocíamos antes del covid.
Ha hablado antes del cambio climático desde la óptica de la oportunidad frente a la desestacionalización. Pero ¿está nuestro sector preparado para los desafíos que implica ese problema?
Todos tenemos muy presente que una de las principales consecuencias del cambio climático es el incremento de las temperaturas. A mí me hace mucha gracia cuando se me pregunta si va afectar a nuestro sector en los meses de julio y agosto, porque parece que los grados solo se eleven aquí. Imagínate lo que pueden subir en sitios como Madrid o Albacete. En Europa no están preparados para las altas temperaturas, frente a eso la Comunitat está muchísimo más preparada para hacer frente a esas olas de calor. No obstante, se va a invertir mucho en confort climático, especialmente a través de la energía renovable. Estamos a punto de sacar una reorientación de fondos europeos de manera que puedan utilizarse para hacer actuaciones en los municipios para apoyar el confort climático. Estamos hablando de toldos para cubrir calles, toldos para cubrir columpios de niños, parques, zonas de sombra y árboles. Otra línea es la de sacar tráfico, peatonalizar una zona de una ciudad, hace que la temperatura baje directamente entre tres y cuatro grados, porque el asfalto es un gran acumulador de calor; o también la colocación de árboles.
Nuria Montes, consellera de Turismo. JAIME SORIANO
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