Jordi Pujo. EFENo es el Caso Koldo, ni es José Luis Ábalos, es el Sistema. No era el Caso de los EREs de Andalucía, era el PSOE, es el Sistema. No eran los casos de corrupción del PP en Madrid o Valencia, es el Sistema. No era el Caso del 3%, ni el de Convergència i Unió, es el Sistema. La corrupción es inherente al Sistema y la justicia actúa, en el mejor de los casos, tan lentamente, que no es justa. Pagan justos por pecadores y hay pecadores que no pagan. Por uno que va a la cárcel, hay decenas que la eluden. Y decenas que acaban siendo inocentes, lo son muchos años después de haber pagado la pena del Telediario, haber perdido su empleo, su estatus social o incluso a su madre. ¿Ustedes han visto a alguno del Clan Pujol, el Jordi, la Marta o el hijo con decenas de coches de alta gama, pisando la cárcel? El Sistema, del que forman parte, los protege.
¿Han visto lo de la ley de amnistía? Es el Sistema el que habilita un perdón para quienes intentaron romper España, los que cortaron carreteras, montaron barricadas, pegaron fuego en Barcelona, irrumpieron el aeropuerto del Prat.
Nos quieren engañar. Pero la realidad es que para que haya corrupción hay partidos, gobiernos locales, autonómicos y el de España a través de Ministerios y empresas públicas y empresarios amigos, que participan directamente o miran hacia otro lado. Una llamada de un ministro, de un presidente, de un alcalde (-a) o de alguien de su confianza, una empresa formada por ex políticos de uno y de otro bandos, oposiciones amañadas para que consigan plaza de funcionario en tal o cual Ayuntamiento o administración pública... Todo eso está a la orden del día. Es el Sistema.
Sin embargo, usted no pague una multa. O deba 1.000 euros a Hacienda. O cometa un desliz conduciendo. El Sistema no tendrá piedad con usted y pagará por usted y por los corruptos perdonados por el Sistema. Como en la Edad Media, pero con corbata.
La pregunta de difícil respuesta es: ¿podemos hacer algo para cambiar el Sistema?
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