Vicente Javier Más Torrecillas, doctor en Historia y académico de la RACV. /EPDA Tengo que pedir perdón. Disculparme de forma pública ante todos los lectores. Me equivoqué cuando dije que los gobiernos actuales, en la escala que Ustedes elijan y sobre todo en el ámbito municipal, eran mediocres. Lo siento mucho. No supe ver que eso no era cierto. No son mediocres, son incapaces, negligentes y, lo que es peor, peligrosos.
Hemos vivido una de las tragedias más importantes del siglo XXI en toda Europa y, sin duda, la mayor en la Comunidad Valenciana y en España. Una tragedia con resultados mortales inauditos, muchos de ellos evitables si se hubiera gestionado con propiedad una situación de crisis como la actual. Gobierno Central y Gobierno Autonómico, Sánchez y Mazón, buscando escurrir el bulto y culpar al contrario de lo sucedido. ¿Qué más da de quién fue la culpa si los vecinos estuvieron abandonados más de 48 horas después de la tragedia? Una vergüenza.
Me sorprende cómo los medios de comunicación chapotean en el fango de la tragedia para apoyar ideológicamente a rojos o azules. Llegan tarde y mal. Las redes sociales se han convertido en una fuente de información más veraz que los medios gracias a la independencia individual de las personas. Medios al servicio de políticos y políticos al servicio de medios, mientras el pueblo se muere. Tal cual. Estos políticos sobran. No se preocupan por su pueblo.
Esos medios y esos políticos se dedican a pelearse mientras nosotros, los ciudadanos de a pie, nos ayudamos unos a otros. No se manchan nunca de barro. Personas que estaban ya hace veinte años en tercera fila y ahora están al frente, sin preocuparles más que su sueldo y el cargo, no las personas y los ciudadanos.
Podría poner mil ejemplos de negligencia, empezando por Mazón o Sánchez y pasando por Maria José Catalá o Pilar Bernabé. Pero aquí analizo la realidad local, municipal. Otros se dedicarán a distintos menesteres. Ahora nos preocupa Castellón.
Les voy a poner un ejemplo que no ha salido en los medios locales. Begoña Carrasco activó la alarma a todos los teléfonos a media mañana del jueves suspendiendo las clases escolares, cuando el sol ya iluminaba parte de la ciudad y ante el asombro y cabreo de los ciudadanos. Resulta que el día anterior, Valencia le había alertado, por escrito, que “ante el nivel extremo de lluvias … en la provincia de Castellón” … se “ordena suspender las clases en los centros de educación … durante toda la jornada escolar del miércoles, 30 de octubre”. Y llovió. Y diluvió en la ciudad desde la ocho hasta las nueve y media. Pero la Carrasco no hizo nada. Cuando la lluvia cesó, en una decisión ridícula y negligente, colapsó la ciudad obligando a los padres a recoger a sus hijos de los centros escolares. ¿Se imaginan ustedes qué hubiera ocurrido si en ese momento llega la riada, como en Valencia? Esta mujer es un peligro al frente del consistorio castellonense.
Por si su acción no fuera suficiente, resulta que permitió (quizás también ordenó) que la policía local fuese por los locales y negocios de la ciudad, uno a uno, para que cerraran. A lo mejor quería tapar así su negligencia. Y uno se pregunta, si la situación era tan grave como para apretar el botón de aviso de emergencia, ¿por qué no estaban todos los efectivos de la policía local evitando el colapso en los entornos de los centros escolares de la ciudad y en las principales arterias? Demencial.
Si a escala local tenemos estos políticos, imagínense a otros niveles. Sanchez desaparecido para no dar explicaciones mientras la consellera de Interior, Salomé Pradas, dice que desconocía que existiera el aviso de emergencia, que encima activó tarde. En la misma línea que el concejal que no pagó sus multas de aparcamiento, Cristian Ramirez. Pero oiga, Pradas sí que se acordó de colgar fotitos en redes sociales durante esos días.
El problema de estos políticos del PP con las fotos y las redes sociales es ya de escándalo. Por cierto, ¿saben Ustedes algo de la delegada del Consell en Castellón, Susana Fagregat? Lo último fue que censuró una exposición cultural rumana. Desde entonces solo se le ha visto pendiente de las redes sociales. Ahora, ante una tragedia de semejante magnitud, ¿aún existe o fue el sueño de una noche de verano? Les recuerdo que representa al gobierno valenciano en Castellón.
Si tuvieran un poquito de dignidad, recogerían sus cosas y se marcharían a casa. Pero no, la Carrasco y su banda nos deleitarán con más fiestas los fines de semana para tapar su peligrosa negligencia.
PD: Qué bonito es ver al pequeño mandarín diciendo que han aprobado un proyecto urbanístico y después venir corriendo el concejal fake, nervioso, desmintiéndolo y tratando de taparlo. En fin, será que esas comidas en un restaurante de la ciudad con algún técnico, reconvertido en amigo íntimo, están convirtiendo al pequeño mandarín en aquello que caracterizó a los concejales de Urbanismo de su partido a principios del presente siglo. Ya entienden Ustedes, ¿no?
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