Raúl Castillo.Es
el peor de los finales para las mentes emprendedoras o para un gran
proyecto. Cuando por fin das con la tecla y tu idea se convierte en
un éxito abrumador, cuando consigues que la demanda sea mucho mayor
de la que, en el mejor de los escenarios te esperabas, o simplemente,
cuando la alineación de los planetas te es favorable; entonces, no
somos capaces de asumir la demanda extra que supone ese éxito. Son
tantos los interesados, es tanta la demanda, que no somos capaces de
poder satisfacer a todas esas personas o empresas.
Esa
es la realidad con la que ahora mismo nos encontramos en nuestra
ciudad. Innumerables empresas ávidas de poner en marcha sus
actividades en nuestros polígonos de Parc Sagunt y Camí la Mar, y
las infraestructuras fundamentales en ambos por acabar.
En
el primero de ellos, porque se trata a priori de uno de los mayores
polígonos logísticos de España, y sin embargo, paradójicamente,
los accesos al mismo están a medias. Hecho irrelevante hasta ahora,
porque quitando dos empresas y algún coche que se confundiera de
vía, poco tráfico más aglutinaban sus carreteras. Sin embargo,
ayer tuvimos el primer puñetazo en la mesa, o al menos así lo sentí
yo, cuando se nos comunicaba un dato tan ilusionante como imponente,
y es que Mercadona, en un centro logístico menor del que se va a
construir aquí, tiene una circulación diaria de nada más y nada
menos que mil camiones. Señores y señoras del equipo de gobierno,
dígannos dónde hay que ir y cuándo, cuenten conmigo, pero no dejen
pasar ni un día más sin exigir las infraestructuras necesarias para
no morir de éxito a la primera.
En
el caso de Camí la Mar ocurre otro tanto. Es un polígono pensando
para uso de empresas pequeñas o medianas, perfecto para prestar
servicios complementarios a las grandes industrias y empresas de Parc
Sagunt y demás polígonos. Sin embargo, han pasado más de diez años
los plazos estipulados para el desarrollo y entrega de las parcelas a
los propietarios, y a día de hoy, no se pueden entregar todavía por
eternos problemas con las conexiones de Iberdrola y los problemas
sobrevenidos por el abandono de la obra, surgidos principalmente en
las canalizaciones de agua, con fugas y malas soldadoras cada tres
pasos.
Son
dos ejemplos claros de la urgente necesidad de que, esta vez, la
administración esté a la altura y no vaya a remolque de las
oportunidades que se le brindan. Se dice que hay trenes que solo
pasan una vez en la vida, y este sería imperdonable perderlo.
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