Nacho Latorre, Archivero-Bibliotecario de RequenaEste 19 de septiembre se cumplirán cien años desde que emergió de la imprenta el primer número de La Voz de Requena, subtitulado, para aclarar conceptos, como “semanario anticaciquista”. Aunque desde mediados del siglo XIX ya se publicaba prensa periódica en la comarca, generalmente de carácter político (El Avance, El Baluarte, El Clarín, El Distrito, El Heraldo de Utiel, El Ideal, El Sinapismo, El Obrero, El Somatén, El Eco de la Región, El Viñador…) o satírico (El Látigo, Por Detrás, Cleto, O Terror da Loma, P.D.T., El Tío Garrote, El Merengue...); La Voz de Requena, con sus 592 números, se puede considerar el periódico local más longevo (1920-1931). Una publicación periódica que influyó mucho en la política local y que, además de dar voz a los mejores escritores locales, facilitó a los comarcanos conocer las opiniones de colaboradores nacionales de la talla de Pérez Galdós (del que también se conmemoran cien años de su muerte), Emilia Pardo Bazán, Jacinto Benavente, Blasco Ibáñez o Pí y Margall. Tuvo, además, la pertinencia de ser el primero en Requena en incorporar fotografías y de dar voz a la situación de los derechos de la mujer con plumas como la de Concepción Arenal, Sofía Casanova o Concha Espina. Nuestras gentes también pudieron enterarse del avance de movimientos como el krausismo, positivismo, comunismo o socialismo como nos recordó hace poco Marcial García. Ahora los investigadores extraen oro de su contenido, incluso de los anuncios; pero, además, en su día fueron unas extraordinarias vías de acceso a la información local y nacional para los lectores comarcanos en un mundo donde aún no se atisbaba ni la radio, ni la televisión, ni facebook. Si nos detenemos en la lectura de sus páginas, la corriente de “lo políticamente correcto” no existía y no se cortaban “ni un pelo” en denunciar cualquier situación política o social anómala. Sin medias tintas.
Con la grisura del franquismo, la prensa política comarcana o de actualidad se esfumó, pero con la reposición de la democracia, comenzaron a aparecer nuevas cabeceras comarcanas como El Periódico del Magro (que abrió muchas ventanas y desperezó el ambiente), Comarca, La Red Pública, La Red Comarcal, La Tierra... inclusive el diario valenciano Levante mantuvo durante diez años una edición comarcal (1999-2009), tristemente finiquitada.
El relevo de la prensa en papel lo tomaron diferentes medios de información locales en formato electrónico, hasta que este meritorio Periódico de Aquí ha vuelto a coger el testigo de la prensa en papel a la par que edición digital. No hay que olvidar las radios y televisiones locales que en su lucha por sobrevivir merecen capítulo aparte.
¿En un mundo tan globalizado son necesarios los medios de información local independientemente de su formato? Pues la crisis sanitaria ha vuelto a revelar la pertinencia de contar con prensa e información local que aplique el microscopio a la actualidad nacional y nos digan qué es lo que está pasando en nuestras poblaciones: si hay brotes o no, cuáles son las medidas que adoptan a nivel local nuestros munícipes, qué se está haciendo a nivel comarcal respecto a la pandemia, ¿se abre la piscina de mi pueblo? ¿Y el mercado semanal? ¿Se fumiga en la población?... La ciudadanía no sólo quería conocer los datos nacionales y autonómicos, sino que anhelaba saber la situación sanitaria concreta de su área de salud descendiendo hasta el nivel del municipio. Si no tuviéramos medios locales de información, estaríamos sujetos a la tiranía de información excesivamente generalista. Aplíquese el ejemplo de la crisis COVID-19, a las incidencias de precios y meteorología en la agricultura comarcana, situación financiera de nuestros pueblos, proyectos y realidades locales, reivindicaciones de la vecindad (despoblación, lengua vehicular en educación, medios de transporte, precios bajos agrícolas...).
Y no sólo eso. En una sociedad que busca la transparencia, si los medios locales son fagocitados se pierde un importante caudal de información que nunca aparecerá en la prensa nacional o autonómica. Y ya se sabe que una sociedad mal informada casi siempre adopta decisiones incorrectas. Sin olvidar que los medios de comunicación son un instrumento de control de los poderes o una vía de expresión del pueblo, sean cuales sean las carencias de la información local (que son muy parecidas a las de los medios nacionales).
Lo dicho, celebramos cien años del primer número del emblemático (adjetivo de moda) semanario La Voz de Requena; como al rock and roll, deseémosles larga vida a los medios de comunicación locales en formato papel, digital, radiofónico, audiovisual o el que esté por venir. Cuídenseme.
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