Actuación realizada en el Plà de AlziraLa
compañía del sector verde, Grupo Projar recomienda el uso de
materiales sintéticos permanentes, como mallas volumétricas y
geoceldas, para evitar la erosión con la llegada de lluvias
torrenciales en cauces de ríos y zonas húmedas.
Este tipo
de técnicas son capaces de mejorar la permeabilidad del suelo y de
este modo favorecen el control de sedimentos e implementan los
ecosistemas frente a sistemas convencionales.
Dependiendo
de la situación y orografía del terreno, desde la compañía
aconsejan la malla volumétrica en aquellos casos donde las
pendientes son altamente inclinadas ya que se puede instalar por
encima de los 40 grados de pendiente.
Se trata
de una técnica que permite la creación de suelo fértil en zonas
donde por su pendiente se imposibilita el extendido de tierra
vegetal. Y, de este modo, se aúna la integración paisajista con la
sostenibilidad.
Las
mallas volumétricas, de 2 metros de alto por 2 de ancho, se anclan a
la superficie mediante grapas de acero. Se trata de un sistema más
económico que las geoceldas y especialmente indicado para terrenos
más inclinados y tratamientos de control de erosión.
Mientras
que la geocelda, recomendada en aquellos casos donde la pendiente sea
inferior a los 40 grados, permite confinar tierra dentro de ella para
que crezca la vegetación. Existen de diferentes tamaños y de
diferentes profundidades.
Estos dos
materiales son capaces de confinar y estructurar suelos para crear
balsas de laminación o canales. Por lo que la utilización de este
tipo de técnicas de bioingeniería y materiales es idónea para
resolver problemas de control hidrológico y mejorar el valor
ambiental de estas actuaciones.
Freno
a la erosión
En ambos
casos, según explica el
Responsable de la oficina técnica de Grupo Projar, Pablo Navarro
“se trata de técnicas que van a persistir a lo largo del tiempo,
ya que se trata de materiales permanentes que arman el suelo
generando un complejo resistente formado por vegetación, suelo y
malla. Esto da como resultado un freno a la erosión mucho más
eficaz que únicamente la vegetación, evitando que las lluvias
torrenciales o el flujo en el canal se lleven por delante la
vegetación y el suelo”.
En este
sentido, aclara también que “este
sistema está especialmente indicado para canales de transporte y
drenaje de agua donde la vegetación debe ser de tipo herbácea para
facilitar las labores de mantenimiento y mantener la capacidad
hidráulica.”.
Grupo
Projar:
Grupo Projar
nació en 1972 para dedicarse a la extracción y comercialización de
turba, material orgánico que se emplea como combustible y para la
obtención de sustratos. El crecimiento de la compañía ha sido
constante y en los años 80 abrió dos centros logísticos en Almería
y Murcia. Actualmente cuenta con instalaciones en Valencia, Madrid,
Almería –fábrica y centro logístico-, Málaga y Lisboa. Y otros
puntos logísticos como Barcelona y Pontevedra.
Es también
una empresa con presencia internacional y actualmente está
constituida como sociedad en Sri Lanka, en India y en Brasil. Además
Projar adquirió hace unos años la empresa de paisajismo Paimed,
para completar su oferta de servicios, y una empresa especializada en
el tratamiento y acondicionamiento de agua. El conjunto del grupo
logró en 2016 una facturación superior a 26 millones de euros y
cuenta con 230 empleados.
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