Un mosquito tigre en el momento en el que pica a una personas. EPDA Las altas temperaturas y el calor veraniego hacen que durante esta época vivamos acompañados por una mayor presencia de los pequeños insectos voladores: los mosquitos.
A comienzos del verano, por ejemplo, el número de búsquedas relacionadas con "mosquitos" y "repelentes antimosquitos" creció en un 236%. La previsión ya apuntaba con intensidad en lo que a entomología se refiere.
Para hacer frente a los mosquitos, estos pequeños compañeros veraniegos tan molestos, los consumidores no nos la jugamos: a comienzos del verano ya destacaban como top ventas de la categoría, los repelentes de las marcas de farmacia más conocidas, con eficacia biocida y seguridad bien probadas, tal y como indican los datos de la compañía.
Bajo este contexto, Mar Santamaria Sala, responsable de Atención Farmacéutica de PromoFarma by DocMorris, comparte los detalles que debemos conocer para protegernos de los mosquitos en pleno verano: nos explica por qué los atraemos, cuándo extremar las precauciones, qué enfermedades pueden llegar a transmitir y los trucos infalibles para plantarles cara.
¿Por qué atraemos a los mosquitos?
Estos insectos son capaces de detectar el dióxido de carbono que exhalamos al respirar, y, de esta forma, localizarnos. También son sensibles al ácido láctico que desprendemos a través del sudor y al calor corporal que desprendemos de forma natural, tanto nosotros, como los animales. Nuestro olor corporal, que depende de la microbiota cutánea de cada persona, actúa como un reclamo para mosquitos.
Son factores incontrolables. Así pues, para alejar a los mosquitos el máximo posible y no tener que lidiar con sus picaduras, la mejor estrategia es "despistarlos". Aquí entran en escena los repelentes de mosquitos, conocidos popularmente como antimosquitos. Cuando los aplicamos, logramos confundir a estos insectos y evitamos que nos encuentren y nos piquen.
Repelentes
Podemos encontrar repelentes muy efectivos y seguros de origen sintético, como el DEET, la icaridina y el IR3535®. Estos productos se utilizan para evitar las picaduras de insectos como el mosquito común, el mosquito tigre y/o pulgas, debido a su alta efectividad y baja toxicidad.
En situaciones especiales, como tener la piel sensible, en edad infantil o durante el embarazo, por ejemplo, estará más indicado un tipo u otro, y es aconsejable consultar con un profesional de la salud. Para que funcionen bien hay que volverlos a aplicar a las 4 horas o según indique el etiquetado de cada producto (según la concentración de sustancia biocida que esté presente).
Por otro lado, existen las sustancias repelentes de origen vegetal, como el citriodiol®. Este tipo de sustancias químicas son producidas por las plantas para defenderse de los ataques de los insectos. Se extraen de los aceites esenciales de algunas plantas botánicas, como de los géneros Eucalyptus y Cymbopogon.
Cabe destacar que, en el caso de la citronela, no está registrada como sustancia biocida, y, por tanto, su eficacia es mucho menor. Por si sola, no nos servirá para una óptima prevención de picaduras.
Los formatos en los que podemos encontrar los repelentes son muy variados: en forma de vaporizador, crema, loción o roll-on. Lo importante es aplicarlos correctamente y según las indicaciones el etiquetado, para que sean efectivos y seguros.
¿Cuándo debemos extremar las precauciones?
Los mosquitos y otros insectos son vectores de enfermedades. Esto cobra especial importancia durante los viajes a zonas tropicales con enfermedades endémicas transmitidas por mosquitos. En estos casos hay que extremar las precauciones: utilizar repelentes de probada eficacia (sustancias biocidas registradas, como el DEET) y complementar con otras medidas de prevención de picaduras.
Estas precauciones adicionales para minimizar las picaduras de insectos son: utilizar ropa de algodón y colores discretos, fresca y que cubra el máximo de piel. En zonas de riesgo, se pueden emplear mosquiteras, y, ante cualquier reacción intensa tras una picadura o si nos encontramos mal, será necesario avisar y acudir a un centro de atención sanitaria.
¿Qué enfermedades pueden transmitir?
Hasta hace más bien poco, no nos sonaban mucho los nombres de algunas enfermedades transmitidas por picadura de mosquito. Las asociábamos a los viajes exóticos a la otra punta del planeta. Pero este panorama, con el cambio climático y las facilidades en el transporte aéreo, ha cambiado radicalmente.
Los mosquitos vehiculizan enfermedades víricas, algunas de ellas pueden llegar a ser muy graves, y, se están empezando a detectar pequeños brotes en países europeos, no siempre importados tras un viaje. Dengue, Chikungunya, virus de Zika, fiebre del Nilo Occidental y fiebre amarilla... Son enfermedades que no suenan nada bien y que han puesto en alerta nuestro sistema de vigilancia epidemiológica, ya que no eran típicas de nuestra zona geográfica.
La protección cobra cada vez una mayor importancia. Así como notificar cualquier síntoma "fuera de lo habitual" y que pueda relacionarse con una picadura de mosquito. En este sentido, existe "Mosquito Alert", una App promovida por el Ministerio de Sanidad a través de la que cualquier persona puede mandar fotografías de mosquitos "sospechosos" y reacciones a picaduras. Esto, permite a epidemiólogos y otros científicos poder seguir el rastro de estos nuevos inquilinos y frenar brotes de enfermedades emergentes y potencialmente graves.
Dos trucos rápidos
Hay dos trucos rápidos para luchar contra los mosquitos. Uno de ellos consiste en aplicar primero el fotoprotector, y, luego (transcurridos unos 15-20 minutos), el repelente de mosquitos. Siempre en este orden.
Otro de los consejos es que no manipules ni rasques las picaduras. Así evitarás que molesten más y puedan infectarse. Aplica frío local, preparados tópicos con sustancias antihistamínicas o una loción con calamina.
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