./EPDA 6 de cada 10 estudiantes ha bebido alcohol en los últimos 30 días, observando que el 24,3% de los
estudiantes ha experimentado alguna borrachera en este periodo, y el 32,3% ha realizado binge
drinking, es decir, ha tomado 5 o más vasos de bebidas alcohólicas en un intervalo aproximado
de dos horas, según datos de la encuesta sobre el uso de drogas en enseñanza secundaria en
España (ESTUDES 2018-2019). Además, según la OMS, más de ¼ parte de éstos, el 27% de los
jóvenes de entre 15 a 19 años son bebedores y la mayor parte de ellos viven en Europa.
Según varias encuestas escolares recogidas por la Organización Mundial de la Salud, se afirma que
el consumo de alcohol se inicia antes de los 15 años en niños y niñas, sin haber diferencias
significativas entre sexos, y es que “el alcohol es la droga que con diferencia está más aceptada en
nuestra sociedad, y también es la más consumida” afirma Antonio Albert, psicólogo del centro Ita
Adicciones. El psicólogo explica que el hecho de que sea una droga legal y aceptada socialmente
puede favorecer la creencia errónea en muchos jóvenes de que el consumo de alcohol es un
problema menor que el consumo de otras sustancias ilegales y menos aceptadas socialmente. “No
es necesario que un adolescente o joven, beba a diario para que pueda sufrir las consecuencias
negativas de esta droga, por tanto, es una irresponsabilidad normalizar o minimizar este tipo de
consumo”, explica el psicólogo.
La asociación entre celebración, festejo y alcohol está presente en la mayoría de los hogares. La
publicidad de las bebidas alcohólicas también promueve esa asociación entre alegría, disfrute,
felicidad y el consumo alcohol; estos inputs promueven una visión positiva y alegre relacionada
con esta droga. Además, “la presión grupal de los iguales también es un factor para tener en
cuenta, ya que, durante la adolescencia, y la primera juventud, el grupo de iguales es prioritario
para ellos.
El bajo precio del alcohol y su facilidad de acceso, convierten al alcohol en una droga totalmente
accesible” sostiene Albert.
El psicólogo especializado en adicciones expone que “las consecuencias negativas del consumo de
alcohol son múltiples y van desde consecuencias en la salud física y psicológica a problemas en
otros ámbitos como el empeoramiento del rendimiento escolar o laboral, los accidentes de tráfico,
el deterioro de relaciones personales, comportamientos violentos o prácticas sexuales de riesgo”.
Por lo tanto, es importante no normalizar el consumo de esta droga.
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