Alicia Giner. EPDA Valencia, mi cuna, se
encuentra devastada por los efectos de esta última gran riada
asoladora - ahora llamada DANA - la cual ha cubierto de pena,
tristeza, miedo y escombros diferentes áreas de nuestra tierra
valenciana.
Se han visto envueltas por ese
manto de lodo cenagoso distintas localidades de nuestras comarcas,
tales como Requena- Utiel, el Camp del Turia, L´Hoya de Bunyol, la
Ribera Alta y muy especialmente los municipios de l´Horta Sud que
circunvalan la ciudad por este punto cardinal.
El primer café del día, lo
degusto cada mañana, escuchando el telediario, que cada jornada nos
da más y más noticias sobre las consecuencias de este temporal
arrasador. Casas se han caído provocando más y más desastre. Ayer
nos encontramos con la desagradable noticia del derrumbamiento de un
colegio en Massanassa. Francamente se me eriza el vello. Soy madre,
en el caso de haber reincorporado los pequeños a la jornada lectiva
este hecho se hubiera convertido en una verdadera desgracia, algo
francamente insuperable. Las vidas de nuestros hijos son nuestro
tesoro más preciado.
Mi cabeza, ante estas últimas
nuevas no para de dar vueltas. Soy una mujer de letras, carezco de
los conocimientos necesarios para entender el peligro al cual nos
estamos viendo sometidos. Tras meditarlo unos minutos llamo a mi tío
Miguel Giner, arquitecto jubilado. Mi pariente me invita a un café
tras percatarse como caballero tremendamente empático de la
necesidad de su sobrina de entender el porqué de muchas cosas.
Ali, hay varios tipos de
grietas, no todas son peligrosas cariño. Escucha al tío, lo vas a
entender. Grietas por dilatación, grieta por flecha o deformación,
grietas por fallo de cimentación… Estas señales son posible
advertencia de este caos al cual nos estamos viendo sometidos.
El terreno debe ser uniforme,
al ser desigual provoca estos semáforos rojos que nos obligan a
ponernos en guardia y solventar el problema. Nuestra conversación
aborda el tema de los puentes y la contestación de mi tío es
tajantemente rotunda:
Si el puente se hace bien no
se puede ir a tierra. Eso ocurre porque el agua erosiona el terreno y
deja sin base la zapata, colocando más hierro u hormigón armado los
conviertes en verdaderas fortalezas, para poder defenderse de la
sorprendente fuerza de la naturaleza.
Ensimismada me percato de unas
manos varoniles sobre mis hombros. Mi primo Javier, arquitecto en
ejercicio se une al café más instructivo. Hacía años de nuestro
último encuentro, ante lo cual ese beso rematado con el más tierno
abrazo lo recibo plena de cariño
y alegría, bajo la mirada
orgullosa de mi tío Miguel, al ver en su hijo y su sobrina la
perpetuación de la estirpe y el cariño al pasado. La huerta
valenciana era muy fértil.
Mi primo me hace observaciones
que encuentro de extrema importancia diciéndome, Ali lo primero a
resaltar es que debemos asegurarnos de si son grietas peligrosas y no
fisuras sin importancia, los especialistas saben leer estas grietas.
Un compendio de cosas a estudiar nos lleva a pensar que podemos estar
en peligro. No es justo asustarnos ante la presencia de una simple
raya en la pared, pero si notamos que las grietas aumentan
progresivamente de tamaño, acompañado de crujidos de extraña
comprensión en su existencia, debemos tomar todas las precauciones
necesarias.
Eso sí, ambos dos, padre e
hijo coinciden en lo mismo, el Colegio de Arquitectos de la Comunidad
Valenciana está compuesto por facultativos preparados para solventar
cualquier problema. Tienen mucho trabajo por delante pero no van a
parar hasta solventar cualquier problema y la cautela los precederá
en sus decisiones.
Hagamos lucir Valencia en su
realeza y fortaleza, arreglando y mejorando nuestra infraestructura
para seguir ofrendando nuevas glorias a España.
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