Policarp Garay, cronista de Serra y Dr. en Historia. /EPDA En la estructura urbana de Benissanó destaca su antiguo recinto amurallado con tres portales o puertas principales: por el Norte el Portal de Llíria (que mira a Llíria), por el Sureste el Portal de Valencia (mirando al Cap i casal) y algo más oriental que este el Portal de Bétera (ya supondrán dónde miraba).
Benaguasil también tenía su recinto amurallado; se dice que rodeado de un foso inundado. Sus tres portales principales eran: el de Valencia (al Este), el de Les Eres o de Vilamarxant (al Sur) y el de Benissanó/Llíria (al Norte).
Prácticamente todos los pueblos, villas y ciudades medievales tuvieron su recinto amurallado y sus portales. La ciudad de Valencia fue un magnífico ejemplo hasta el derribo de sus murallas, a partir del año 1865, por iniciativa y bajo mandato de Cirilo Amorós (por entonces Gobernador de Valencia). La “justificación” del derribo fue la necesidad de sanear la ciudad y abrirla a la modernidad. Solo quedaron en pie dos puertas: la de las Torres de Serranos (Portal dels Serrans) y la de las Torres de Quart.
Las generaciones de nuestros mayores de Serra (incluido mi padre: 1924-2022) tenían claro que el Portal de Serrans miraba a Serra, pues por él entraban a la ciudad las largas caravanas de caballerías y carros que suministraban a la ciudad leña (fornilla), carbón, piedra rodena para adoquinar calzadas y aceras, agua sana de las fuentes y multitud de productos agrarios de la Serra Calderona/Portaceli.
Pero sorprende que Manuel Sanchis Guarner, en su libro La Ciutat de València (1972) dijera que el Portal dels Serrans “debe su nombre al camino de la Serranía (comarca de Chelva) que allí empieza”. La misma afirmación, poniéndola en boca de Sanchis Guarner, ya había sido publicada antes por Joan Fuster en su libro El País Valenciano (1962). Sin embargo, esta opinión no concuerda con la de otros eruditos anteriores (Boix, Carboneres u Orellana), que hablan de la sierra al norte de la ciudad, así como los “serranos de Teruel”, cuya ruta era el valle del Palancia.
Sin duda, la toponimia urbana de Valencia arroja las mejores evidencias y aclaraciones: la calle Náquera está justo detrás de las Torres de Serranos (calles Náquera y Serranos confluyen en la Plaça dels Furs). Por otra parte, la antigua Calle Líria (hoy Salvador Giner) era a la que se accedía directamente por el desaparecido Portal Nou (extremo sur del Puente de San José; siglo XVI).
Y, evidentemente, las Torres de Quart miran a Quart (que perteneció al histórico monasterio de Poblet). Si todavía tienen alguna duda no tienen más que mirar mapas antiguos, para ver cuáles eran las tradicionales rutas y caminos que llegaban hasta la ciudad de Valencia.
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