Un vehículo pasa ante una gasolinera. EFE/Ana Escobar/ArchivoEl aumento de los precios del combustible que se está registrando en los últimos meses ha hecho que llenar el depósito de nuestro vehículo alcance cifras estratosféricas jamás imaginadas. A pesar de que el Gobierno de España haya puesto en marcha la rebaja de 20 céntimos por litro repostado, el hecho de que tanto la gasolina como el gasoil superen los más de 1,50 euros el litro hace que muchos se hayan pasado a las gasolineras 'low cost'.
Son más baratas. Bastante más. Muchas veces el precio por litro es más de 10 céntimos por litro inferior a los de las estaciones de servicio de las grandes marcas de nuestro país. Unos precios muy atractivos, ya que esos 10 céntimos, tras repostar muchos litros, se convierten en varios euros que no vienen mal ahorrarse. Sin embargo, muchos repostan en las 'low cost' asumiendo que están dañando sus depósitos a largo plazo. Pero, ¿es esto realmente así?, ¿qué dicen los expertos al respecto?
Hay dos factores que determinan la diferencia de precios entre las gasolineras 'low cost' y las de las grandes y conocidas marcas presentes en nuestro país. En primer lugar, es necesario decir que todo el combustible que se vende en España proviene de las mismas refinerías. Unas refinerías que le dan exactamente el mismo trato al combustible. Es decir, la gasolina y el gasoil que sale de ellas es literalmente el mismo y cumple con absolutamente todas las garantías necesarias para no dañar el motor. De las refinerías, el combustible pasa a ser almacenado en grandes depósitos de varios centros logísticos, a los cuales irán tanto las grandes marcas como las 'low cost' a recargar.
Dicho lo cual, podríamos decir entonces que el combustible es el mismo y que la diferencia de precios no radica en la calidad del combustible, ¿no? Pues no exactamente. Es en el momento en el que las diferentes compañías recogen el combustible de los grandes depósitos cuando deciden añadir más o menos aditivos. ¿Qué son los aditivos? Bien, son las sustancias químicas que ayudan a mantener los conductos de los vehículos limpios para aumentar la eficacia de la combustión y mejorar la inyección.
Todas las grandes petroleras incorporan sus propios aditivos, o al menos eso es lo que aseguran. Sin embargo, las 'low cost' no lo hacen para, precisamente, ahorrar precios. No obstante, como ya hemos explicado, el combustible sin esos 'extras' ya está 100% recomendado para ser usado en los vehículos.
Explicado el primero, ¿cuál es el otro factor que hace que las 'low cost' sean más baratas? Se trata de los gastos que generan o no las estaciones de servicios. Las grandes marcas tienen en sus estaciones personal contratado, máquinas, cafetería, servicios, lavaderos de coches, etc. En resumen, muchos servicios y, por tanto, muchos gastos de mantenimiento. Estos gastos tienen que pagarse. Es por ello por lo que las grandes y conocidas petroleras de nuestro país tienen los precios más altos: aparte de los aditivos en el combustible, tienen que resolver los gastos de sus estaciones de servicio. Evidentemente, en las 'low cost' todos estos servicios no están.
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