El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. EFE
Las Falleras Mayores de Valencia en la mascletà de Madrid. EFE La mascletà de Madrid y las elecciones gallegas del domingo resumen muy bien el estado de la política valenciana y española, respectivamente. El ruido mediático que ha ocasionado el evento pirotécnico en la capital del Reino (de España) no puede ser el árbol que nos impide a los valencianos ver el bosque de lo que de verdad nos interesa como pueblo, mientras que los comicios autonómicos en Galicia han supuesto el primer bofetón electoral al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y al Partido Socialista, tras sus acuerdos con los independentistas catalanes.
En primer lugar, la mascletà en Madrid no puede desviarnos al pueblo valenciano de lo verdaderamente importante:
- la infrafinanciación por parte del Estado que hace que seamos menos competitivos
- la deuda histórica
- PP y PSOE han aparcado la reincorporación del Derecho Civil Valenciano
- proyectos como el soterramiento de las vías del Parque Central Valencia o el Corredor Mediterráneo o el desastre de las Cercanías de Renfe
- la necesidad de un transporte público en ciudades como Valencia y su área metropolitana del siglo XXI
- trasvases hídricos y salvación de la agricultura
- una radiotelevisión pública que ha resultado un fiasco, con apenas 2 puntos de cuota de pantalla en 2023, siendo la de peor audiencia de toda España
Y en segundo lugar, las elecciones autonómicas gallegas. Después de dos semanas de campaña con los terminales mediáticos próximos al Gobierno de España diciendo que el PP podría perder la mayoría absoluta (38 diputados), los populares resisten con 40 diputados, reforzando de paso a Alberto Núñez Feijóo. Galicia ha supuesto el primer castigo a Pedro Sánchez, territorio en el que el BNG se come al PSOE, que obtiene su peor resultado histórico (9 diputados frente a los 25 de los nacionalistas). El PP retiene la mayoría absoluta, Democracia Ourensana logra el milagro y ni Vox, ni Podemos, ni Sumar.
Mucho cuidado en el Partido Socialista. Reducir toda su acción política en España al mantenimiento en el poder de Pedro Sánchez puede tener consecuencias gravísimas en el resto de territorios autonómicos y en el poder municipal.
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