Álvaro GijónOs adelanto en primicia la primera dimisión de la era Feijóo en el partido popular, la gaviota abandona su puesto de trabajo por divergencias insalvables con la dirección nacional.
Seguramente, cuando leas estas líneas, te sorprendas tanto o más como lo hice yo al conocer esta noticia. Al parecer, la gaviota ya andaba un poco disgustada desde que Casado dejara de ser el líder de los populares hace tan solo unos meses, y ha decidido cesar en el partido para emprender nuevos retos profesionales.
Según fuentes cercanas al partido popular, esta semana se ha podido ver a la gaviota, con la cabeza baja y sin emprender el vuelo, haciendo cola en las oficinas del paro. En verdad no le falta razón para estar triste, desde que se fundara el partido popular, la gaviota ha estado encadenando contratos temporales, pero ahora y tras la aprobación de la reforma laboral, exigió la conversión de su contrato en fijo-discontinuo, petición que fue rechazada desde Génova 13. Ante estos hechos, me he enfundado el kit Cayetano (camisa spagnolo, pantalón chino, mocasines y chaleco azul), y me he desplazado hasta la misma capital para entrevistarme con la gaviota.
Durante nuestra conversación, anhelaba aquellos tiempos en los que el partido popular conseguía mayorías absolutas y las plazas se abarrotaban de banderas blanquiazules. Ahora corren otros tiempos, quieren esconder las siglas para atraer a los votantes de centro, moderación dice que lo llaman los nuevos dirigentes.
La prueba irrefutable la tienes en la pasada noche electoral en Andalucía, donde no se vio ni una bandera de los populares durante la celebración de la mayoría absoluta, comenta.
Volviendo de mi encuentro con la gaviota, no doy crédito a tal desencuentro, y no puedo evitar empatizar con ella. No puede ser que, tras tantos años de servicios prestados, no quieran mejorar sus condiciones laborales. Tampoco encuentro explicación a que, de un día para otro, un partido político pase a ser “moderado”.
Si lo piensas un poco, puede ser que se hayan dado cuenta de que copiando el discurso a la ultraderecha nunca consigan gobernar, pero que no te engañen, no te dejes llevar por las apariencias, por mucho que te quieran hacer creer que el partido popular defiende los intereses de la clase trabajadora, es mentira y a los hechos me remito. Lo que no te dicen es que quieren el voto de la clase trabajadora para alcanzar el poder.
Y tu gaviota, no te preocupes, si no encuentras una salida profesional digna siempre puedes emigrar a Reino Unido a poner hamburguesas. Disculpad, que como dijo Bañez, ministra de empleo con Rajoy, no debemos llamarlo emigrar sino “movilidad exterior” y “espíritu aventurero”.
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