La eucaristía presidida por el obispo en el SantuarioEste martes, 11 de septiembre, es la
fiesta de la patrona de la Diócesis: la Virgen de la Cueva Santa. El obispo de
Segorbe Castellón, Casimiro López Llorente ha presidido una Eucaristía a las
11h en el Santuario.
Fuentes de
la diócesis han señalado que el año pasado visitaron la Cueva 620.000 personas y
la devoción por esta advocación de la Virgen María está extendida por todo el
mundo.
Su rector,Juan Manuel Gallent, ha señalado que
la citada cifra “muestra la dimensión que tiene la Cueva Santa. Creo que no
somos conscientes de la importancia que tiene en España y en el mundo. Hace
poco enviamos material del Santuario a Filipinas, donde misioneros españoles la
dieron a conocer y ahora es titular de una parroquia. La devoción también está
muy viva en Mozambique, en Venezuela o en México DF, donde se la venera desde
1807. Un abuelito decía que estos lugares son como estrellas en la noche que
iluminan la fe en diferentes pueblos”.
Gallent
explica que “San
Juan Pablo II decía que para poder realizar la Nueva Evangelización tenemos que
volver a “la hora enteramente primera”. Por eso, para renovar la parroquia
estamos llamados a volver a lo esencial de nuestra propia fe y desde ahí
retomar con fuerza, vigor y creatividad el nuevo momento que nos toca
vivir.La Virgen de la Cueva
Santa, en su entorno natural y humilde, nos hace confesar a Jesús el Señor como
principio y fundamento de nuestra propia comunidad.Entonces
acogemos la palabra de María: “Haced lo que él os diga”.
Asimismo el
rector del santuario aseguró que “Lo primero que busca la gente que viene es el
silencio de la gruta, donde descansarme de mis cosas, del peso de mi propia
vida. Y luego ya acontece el segundo momento: La Eucaristía y la Palabra de
Dios, donde realmente ven que María y Jesús dan el consuelo. La Misa que se
celebra cada domingo a las 13h en el Santuario es muy sencilla porqueel entorno ya es una “catedral natural” que
ayuda a ir a lo esencial, a encontrarse consigo mismo, y hacer una experiencia
personal.Es de destacar que lo primero que se dispuso en el siglo
XVI fue que hubiera los ornamentos y vasos sagrados para la celebración.
Juan Manuel
Gallent expresó su creencia de que “en las parroquias es bueno crear un espacio
diocesano. Tener en una capilla lateral un pequeño icono de la Virgen de la
Cueva Santa nos recordaría que nuestra vida está injertada en una iglesia que
ha permanecido fiel en la confesión de Jesús el Señor, y que nuestro camino
está alentado, sostenido y abrazado por la Patrona de la Diócesis”.
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