Dejan todo preparado para que la gente esté a gustoSon probablemente los vecinos que más horas dedican a las
fiestas y, sin embargo, es difícil verlos en la mayoría de los actos. Los
hombres y mujeres de la Brigada Municipal de Obras y Servicios pasan los días y
las noches montando y limpiando calles y plazas para que todo esté a punto
antes de cada evento y apenas unas horas después de haber finalizado. Trabajan
sobre todo por la noche, a la sombra, aunque también a pleno sol, siempre con
un objetivo: que todo esté a punto para disfrutar las fiestas entre todos.
Viernes 31 de agosto por la tarde: la plaza del País
Valencià tiene dos escenarios montados, uno para la discomóvil nocturna, otro
para la entrega de premios de la Volta a Peu vespertina. Además, vallas en
algunos accesos, para facilitar la carrera, sobre todo de los más pequeños.
A la misma hora, en las avenidas Valencia y Mancomunitat
de l’Horta Nord, multitud de vallas son distribuidas para separar al público de
los participantes en la cabalgata nocturna. Y, por si fuera poco, otro equipo
ya prepara las mesas y los útiles para encender el fuego en la noche de las
paellas, que se celebra el sábado.
En la madrugada del viernes al sábado las vallas han
desaparecido, junto con el confeti, vasos y restos de la cabalgata y la
discomóvil; y en la mañana del sábado 1 de septiembre, los últimos operarios
limpian a fondo la plaza para el encuentro de cortadores solidarios de jamón
que se celebra el domingo por la mañana.
Detrás de esta “misteriosa” aparición y desaparición de
todo lo necesario para que los actos de las fiestas se desarrollen con
normalidad no hay magia, ni truco, ni siquiera duendes que aprovechan la
oscuridad de la noche para poner las cosas en su sitio.
La explicación es más sencilla: son el equipo naranja, la
Brigada Municipal de Obras y Servicios. Un grupo humano que, bajo la
coordinación de Juan Carlos Piñol, agrupa desde jardineros a electricistas,
pasando por albañiles, personal de limpieza y todo lo necesario para el
mantenimiento de las calles y plazas en perfecto estado.
Trabajan antes de cada acto, luego desaparecen y dejan
que los vecinos disfruten a fondo. Cuando el espacio público vuelve a estar
vacío, generalmente por la noche, regresan para limpiarlo todo y poner orden.
Un trabajo poco conocido, pero imprescindible no sólo por
la estética, también por la seguridad: unas calles llenas de confeti pueden
provocar que se atasque el sistema de alcantarillado y que las calles se
inunden si hay lluvias torrenciales.
Pese a su llamativo uniforme, imprescindible para el
trabajo nocturno o incluso para no pasar desapercibidos al tráfico a plena luz,
estos hombres y mujeres del equipo naranja suelen ser discretos. Viven la
fiesta de otra manera, desde otro punto de vista, aunque también encuentran
huecos para escaparse a disfrutar de sus actos favoritos.
Pero su discreción no impide un trabajo serio y eficaz.
Imprescindible para que las fiestas se desarrollen con normalidad…
Cuando estés en un acto, disfrutando con los tuyos,
recuerda que hay quien trabaja en la sombra o a pleno sol para que esa calle o
esa plaza estén en perfecto estado: facilítales su tarea, usa las papeleras y
contenedores.
Deja los espacios públicos tan limpios como a ti te gusta
encontrarlos.
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