Ana María Quesada.Solamente 100 días y han bastado para cambiar el ambiente de oscuridad, corrupción y mentira que envolvía todo.
Comprendo que haya quien no esté conforme. Lo comprendo, aceptando que igual que no me gustó ni un pelo ni el PP ni que sus políticas totalitarias nos gobernasen estos años, a otras personas les ocurra igual en este momento. También comprendo que no les puedan parecer políticas totalitarias, también lo entiendo. Pero esa es mi opinión.
Todavía recuerdo el día en que tuvimos que empujar el Tren de la Libertad hasta el Congreso para que nos escuchasen a las mujeres.
O cómo han estado “embarrando” la política y la vida pública para tapar tantos y tantos casos de corrupción a costa de nuestro dinero sin aclarar nada en ningún sitio.
O cómo resultaban ser tan inconsecuentes que dejaban a las familias a su suerte con la excusa de que “no podemos gastar por encima de nuestras posibilidades”.
Y sí se podía, claro que podían. Nos han “regalado” una deuda de más de 1.160.000.000 millones de euros cuando en 2011 era de 734.962 m/€. Casi nos la han duplicado con su “buena gestión económica”. Y digo nos porque no la pagan ellos, la pagamos quienes aportamos con nuestros impuestos a la hacienda pública tal y como corresponde.
Hemos pasado del 68,5% de deuda respecto al PIBen 2011 a una deuda que superó el 130% del PIB a
principios de este año y que ahora se pelea por mantener en el 98%.
Y esto, a pesar de los recortazos y de avergonzarnos frente a otros países con sus recortes en libertades, comportamientos y encarcelamientos. Y vuelta otra vez tras el nombramiento de su nuevo líder a la irresponsabilidad total. En mi opinión, desde Europa les han debido dar un toque para que dejasen de cizañar y azuzar con el miedo. Oscuridad es poco.
Ahora, tenemos un gobierno que toca los pies en la tierra, actual, con una inmensa mayoría de perfiles técnicos que llegan con preparación y experiencia que hacen mirar al futuro con ilusión y esperanza. Sin falsos “gurúes” ni salvapatrias que no necesitamos porque somos una sociedad trabajadora. Tengo confianza pero no despreocupación. No es lo mismo.
Y trabajo no les falta. Hay mucho por hacer y, sobre todo, por deshacer. Recuperar los años de atraso es complicado pero no imposible y para lograrlo, este cambio de mentalidad se convierte en vital. Mirar hacia la reindustrialización y lo renovable es nuestro futuro. Renovarnos y avanzar una vez más.
Tenemos otro tren que pasa por nuestro lado, el del Corredor Mediterráneo – Cantábrico. Aprovechémoslo y tengamos todas las partes generosidad, es un proyecto que no es de nadie y es de toda la ciudadanía. Que nadie vuelva a caer en la oscura tentación de apropiárselo ni volcar su fustración sobre este Consejo de Ministras y Ministros. Es demasiado lo que nos jugamos y demasiado lo que podemos conseguir.
Tomemos ejemplo de los nuevos líderes y lideresas. Firmeza sí pero, unámonos para conseguir una sociedad en la que predominen la generosidad y la equanimidad, en la que el bienestar sea común y no solo de unos cuantos.
Está en nuestras manos. Es nuestra responsabilidad también.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia