SUSANA GISBERT. /EPDA Este fin de semana he tenido la oportunidad de presenciar y disfrutar de una competición de gimnasia rítmica. No era el campeonato de España, ni los Mundiales, ni tampoco los Juegos Olímpicos, pero las y los -pocos, pero ya hay chicos- gimnastas lo daban todo en el tatami con una dedicación y un esfuerzo encomiables. Y con grandes dosis de arte, dicho sea de paso.
Por supuesto, la que veía era solo una de las muchas competiciones que estas deportistas tienen al año. Competiciones en las que se dejan la piel y que solo son la punta del iceberg, por más que se ignore. Como ignoran la cantidad de horas de entrenamiento y el sacrificio que supone la práctica de un deporte que la gente apenas conoce, más allá del trocito que ven en alguna de las pocas retransmisiones televisivas de este deporte.
Mientras lo veía, recordé el desafortunado mensaje de alguien en la red social X durante los pasados Juegos Olímpicos. Decía no entender por qué la gimnasia rítmica era deporte olímpico mientras no lo era el fútbol sala, en un dechado de ignorancia de los que hacen historia. La propia Almudena Cid, que sí que ha hecho historia del olimpismo, le contestaba muy elegantemente, explicándole las horas de entrenamiento que este deporte supone, y que el gran mérito es hacer que una verdadera proeza física como las que hacen en cada ejercicio parezca fácil.
Y es que hay que insistir que no todo es fútbol. Que hay deportes que requieren el mismo o mucho más esfuerzo y cuya recompensa es únicamente la satisfacción personal y poco más. Porque en las retransmisiones de deportes los ignoran y en las noticias deportivas solo aparecen cuando se ha ganado un campeonato de importancia, mientras que de fútbol se habla a diario, aunque no hay ninguna competición en juego. Y eso sin hablar de ganancias económicas, porque ahí sí que es imposible comparar. De la nada al mil. Ni más ni menos.
No es el único caso. Hay otros deportes como la natación artística o el patinaje con los que pasa exactamente lo mismo, al igual que otras modalidades de gimnasia como la artística. Se trata de deportes en los que la parte artística es tan importante como la física. Algunos, ni siquiera son olímpicos, como la gimnasia acrobática o la aeróbica, y de otras nos enteramos de su existencia al contar con participantes españoles, como ocurrió con la gimnasia en trampolín.
Así que, aunque no sea mucho, vayan por aquí estas letras dedicadas a esos deportes que no son fútbol. Y que merecerían que les dedicáramos, al menos, la cuarta parte del tiempo y medios que se dedica a este.
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