Lucas Ortega Salinas. /EPDACreo que en primer lugar debemos reflexionar sobre lo que entendemos por educar...¿Qué es educar? existen infinidad de definiciones, aunque hay dos de ellas que para mí son un referente, la primera tiene un carácter eminentemente práctico: "educar es formar para la vida" (Stenhouse). La segunda es más poética, si se puede decir así, pero con una claridad reveladora: "ayudar al niño a abrir los ojos, a descubrir la verdad, a leer el mundo" (Paulo Freire). Está demostrado el efecto positivo que tiene el contacto con la naturaleza a nivel emocional y de reducción de estrés, además los niños se sienten más conectados con el medio ambiente y más sensibilizados para protegerlo. Es esencial que desde bien pequeños aprendan la importancia de cuidar y preservar la naturaleza.
En base a esto, podemos tener en cuenta algunas recomendaciones para los centros educativos:
• Contacto con la naturaleza. Es recomendable el contacto frecuente, que se puede llevar a cabo de diversas formas:
- Plantas en los colegios y aulas, que los alumnos se impliquen en su cuidado y este forme parte de la rutina escolar. Qué enriquecedor es para nuestros pequeños sentirse responsables de esa pequeña planta que con tanto esmero han mimado. Implica constancia, respeto y responsabilidad.
-Patios "verdes" y creación de huertos escolares. Conlleva el enriquecimiento de los patios para su uso como un aula exterior. Se puede buscar la colaboración de las AMPAS y familias para que toda la comunidad escolar se involucre y participe.
- Salir del colegio. Usando los recursos del entorno escolar y aprendiendo a moverse con seguridad en los entornos urbanos. Repensar los pueblos y ciudades con un espíritu crítico, para que sean adecuados para los niños.
• Pedagogía Montessori aplicada en entornos naturales, fomentando el aprendizaje autónomo, la observación, la concentración y el respeto por la naturaleza.
• Formación específica del profesorado, con la finalidad de dotarlos de estrategias para integrar los espacios y recursos naturales en el currículum escolar y en las actividades educativas.
• Aprendizaje basado en proyectos, a través de la experiencia directa y la participación activa. Se pueden realizar caminatas, explorar la flora y fauna, experimentos, participar en actividades de conservación del medio ambiente, reciclaje, reforestación etc.
• Solicitar la implicación de la administración. Por un lado facilitando que el entorno escolar sea un espacio seguro, se pueda acceder caminando o en bicicleta y tenga acceso a áreas verdes. Promoviendo actividades relacionadas con el medio ambiente y a nivel de personal facilitando la colaboración de profesionales como educadores ambientales, voluntarios y la colaboración de otros centros educativos.
Estas son sólo algunas propuestas que a modo de ejemplo nos pueden ayudar a reflexionar y enriquecer nuestra labor docente.
La sociedad en la que vivimos es cambiante y plural. Pero actualmente estamos inmersos en una vorágine de cambios, prima la inmediatez y todo caduca con gran rapidez. Esta situación, bajo mi punto de vista, está generada en parte por el abuso de las nuevas tecnologías, a veces se pierde un poco el norte, no hay tiempo para reflexionar y nos olvidamos de lo verdaderamente importante; compartir, escuchar a quien tenemos al lado, compañeros, familia, amigos, sentir de primera mano lo que nos rodea, el entorno y la naturaleza.
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