Los
ánimos alrededor de Mestalla, como casi en cualquier temporada de
las últimas, no están para fiestas. El conjunto che coquetea de
forma peligrosa con el descenso e incluso hay estadísticas que
remiten a la fatídica temporada 85/86 en la que los valencianos
cayeron de categoría por última vez.
Un antecedente para preocuparse
Terminada
la primera vuelta del campeonato, es hora de ponerse a echar números
y de ver qué estaba sucediendo a estas alturas en otros años. Y es
aquí donde llega la mala noticia para la hinchada que llena las
gradas de Mestalla. Los números de la temporada en curso son
idénticos en la primera vuelta a los que se tuvieron en
la 1985/86.
Aquel
año, los valencianos acumulaban 55 temporadas consecutivas en
primera y estaba considerado como uno de los grandes del campeonato.
Sin embargo, la inestabilidad y los problemas financieros terminaron
con el club descendiendo, algo que muchos de los que formaban la
hinchada valenciana no habían vivido jamás.
Los paralelismos
históricos no tienen que repetirse necesariamente. Sin embargo, la
situación de aquella temporada recuerda tanto a la de esta que es
imposible no ver un fantasma sobrevolando el césped de Mestalla. El
Valencia es hoy un firme candidato a descender como puede apreciarse
en las
próximas cuotas de apuestas deportivas
y en los pronósticos de expertos, aunque la directiva no opina lo
mismo.
Una plantilla de lujo
Tras
el cierre del mercado de invierno, la dirección del club compareció
en rueda de prensa dando los motivos por los que la escuadra
valenciana
no se había reforzado durante el mercado. Para sorpresa de todos,
Layhoon Chan dejó claro que no se había contratado a nadie porque
la plantilla era de un nivel tan alto que no había opciones en el
mercado que la mejoraran.
Cuesta creer ese supuesto nivel viendo
la situación en la tabla. Todo se complicó además con la dimisión
de Gatusso a raíz también de la falta de refuerzos, por lo que
parece que el míster italiano no estaba para nada de acuerdo con las
apreciaciones que venían desde la dirección del club.
De esta
forma, todo va a depender de los que están. Es cierto que los
equipos de la zona baja no cuentan con jugadores del nivel de Cavani,
Correia, Gayá o Kluivert. Sin embargo, los nombres no son los que
ganan los partidos, por lo que las estrellas del conjunto che tienen
que dar un paso adelante para salvar una situación de lo más
peligrosa.
Desde la llegada de Lim, el equipo deambula entre
temporadas mediocres y otras catastróficas. El dueño ha quemado un
proyecto casi cada año y la inestabilidad institucional es ya
rutinaria en los despachos de la entidad.
Nada ello trae buenos
recuerdos a los que aún se acuerdan de 1986. Con todo, por suerte
para el Valencia, aún queda casi una vuelta para poner remedio y
olvidarse de un descenso que hoy está más cerca que nunca.
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