Pedro Adalid. EPDA
La
equidad es parte de los cimientos sobre los cuales se forja la
educación de calidad. Para alcanzar el éxito educativo debe haber
una igualdad de proporción entre equidad y calidad. La equidad
educativa implica una inclusión que da atención a la diversidad,
minimizando las diferencias de cualquier índole, lográndose de este
modo el mayor rendimiento académico de todos.
Es
difícil garantizar educación y escuelas para todos en tiempos de
amplia crisis económica, y más aún hacerlo, en los entornos
desfavorecidos. Bajo este contexto, es también complicado ofrecer
una educación de calidad. Sin embargo, reducir el fracaso escolar es
actualmente uno de los principales objetivos del sistema educativo, y
generalmente la mayor parte de los casos con bajo rendimiento,
provienen de sectores económicamente desfavorecidos, por lo que hay
que dedicarle a este tema especial atención.
En
este orden de ideas, las políticas de atención educativas deben
estar enfocadas en plantear y ejecutar diversas estrategias que
puedan lograr que todas las personas que quieran incorporarse al
sistema educativo, lo hagan, y que todos obtengan igualdad de
condiciones y las herramientas necesarias, para formarse y
desarrollarse como ciudadano integral y participativo de la sociedad
actual.
Lograr
un sistema educativo equitativo y de calidad no es sencillo, y exige
un arduo trabajo, que tiene implicaciones políticas, económicas y
curriculares en la aceptación del alumnado, en la formación
continua del profesor para que este tenga capacidad de innovación,
en la aplicación de las tecnologías, e incluso en la instrucción e
inclusión de las familias, cuyo rol es cada vez más crucial en el
desarrollo de las habilidades y competencias académicas y sociales,
en momentos donde la escuela ha perdido un alto grado de protagonismo
como ente central del aprendizaje, dándosele paso a los espacios
fuera de ella.
Si
no hay equidad en el proceso educativo, éste automáticamente
carecerá de calidad. A los gobiernos e instituciones pertinentes,
les corresponde otorgar todo el apoyo necesario para que pueda
garantizarse educación para todos, y los alumnos puedan incorporarse
en el sistema educativo, logrando mantenerse en el mismo, hasta
culminar su proceso formativo. Deben impulsarse medidas para lograr
la equidad y calidad en el proceso de enseñanza aprendizaje, lo cual
no solo será necesario desde el punto de vista la igualdad de
oportunidades y desarrollo de competencias, sino también para lograr
excelencia y eficiencia, en el mundo globalizado de hoy.
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