Juan Benito Rodríguez. EPDA Dentro del ámbito de las construcciones actuales más
representativas de Valencia, una ciudad con tradición, joven,
dinámica y llena de ese glamour que tienen las grandes ciudades a
nivel mundial, nos encontramos con la inacabada Ciudad de las
Artes y las Ciencias de Valencia (CAC).
Habrá quien al leer la palabra «inacabada» se habrá sorprendido,
pero así es, pues el proyecto original incluía una Torre de
Comunicaciones, con una altura de 382 metros, altura que la
situaría actualmente entre las veinte torres de comunicaciones más
altas del mundo. La más alta es la Tokyo Sky Tree situada en
Tokyo, capital de facto de Japón, que tiene una altura de 634
metros, la cual fue inaugurada en 2012.
Finalmente, la Torre de Comunicaciones, que hubiera sido una de las
construcciones estrella del complejo CAC, no se construyó, y las
causas de ello, se pierden en la alta política.
Pero lo cierto es que el costo del complejo de la Ciudad de las Artes
y las Ciencias que salió a Concurso en 1991, en relación con el
costo final de las obras superó en cuatro veces lo presupuestado en
el proyecto inicial.
Este monumental complejo CAC (Ciudad de las Artes y las Ciencias),
consta de diversas construcciones, cada una con sus particulares
características y funcionales, y con su año concreto de
inauguración.
Así encontramos el Hemisférico (1998); el Museo de las Ciencias
Príncipe Felipe (2000), el Umbráculo (2000); el Oceanográfico
(2003); el Palacio de las Artes Reina Sofía (2005); el puente
L’Assut de l’Or (El Azud del Oro) (2008); y el ágora (2009).
Además, el conjunto también incluye un gran estanque, unos jardines
inmensos y numerosas cosas menores que conforman una impresionante
oferta cultural y de ocio.
Pero en esta ocasión nos vamos a centrar en comentar el
Oceanográfico, el cual fue inaugurado el 14 de febrero de 2003, y es
el mayor acuario de toda Europa, instalado sobre una
superficie de 11.000 m2 en el antiguo cauce del río
Turia, hoy seco, y muy próximo a lo que fue su desembocadura en el
mar Mediterráneo.
Tan sólo como apunte extra, citar que el mayor acuario del mundo se
encuentra en China, en el Chimelong International Ocean Tourist
Resort, y se llama, Chimelong Ocean Kingdom.
El Oceanográfico de Valencia cuenta con diversas edificaciones, cada
una de ellas destinadas a recrear un hábitat acuático diferente.
Así, primero comentaré el Mediterráneo, pues
viviendo a orillas de este bello mar no podía faltar este hábitat,
el cual está compuesto de cinco salas en las que podemos disfrutar
de las medusas más grandes de las costas españolas; la langosta
común; el Fredi, el cual puede cambiar de sexo si lo requiere la
situación; las lubinas y muchísimas especies más.
Los humedales, los cuales son los ecosistemas más
ricos del planeta, estando representado en el Oceanográfico con un
aviario con forma de una gigantesca esfera de 26 metros de diámetro,
la cual acoge a innumerables especies de aves como el Calamón, ave
típica de la Albufera de Valencia, o el Ibis escarlata, ave que
puede llegar a medir 70 cm. de altura. Y una gran explanada fuera del
aviario
También tenemos los acuarios destinados a mostrar algunas de las
especies de los mares templados y tropicales, los
cuales son realmente grandes y acogen a infinidad de especies como
los
peces flor; ranisapos, también llamados peces sapo; los cangrejos
herradura, también llamados cacerolas de mar; las tortugas bobas;
los tiburones leopardo, los cuales miden entre 1,2 a 1,5 metros;
focas y leones marinos y algunas otras especies.
Además de contar con otros estanques dedicados, tanto al océano
Antártico, como al océano Ártico, al Mar
Rojo, y otros.
Además, las instalaciones del Oceanográfico incluyen un gran
delfinario que realiza varias actuaciones al día, las
cuales hacen las delicias de niños y mayores, pues estos listos y
vivaces cetáceos, guiados por sus entrenadores, realizan mil y una
piruetas de todo tipo.
Aunque, para todas aquellas personas que sepan degustar unas buenas
viandas y saborear un excelente vino, tienen a su disposición el
Restaurante Submarino, el cual tiene su segunda planta
situado en medio de un gran estanque, y rodeado totalmente por peces,
pudiendo degustar sus platos al compás de los aleteos de los peces,
los cuales, curiosos, en alguna ocasión incluso se detendrán muy
cerca de la mesa, dando la sensación de que se pudieran tocar.
Para las reuniones más exclusivas, el Oceanográfico dispone de la
Sala Oval, una Sala de Juntas también rodeada por un
inmenso estanque en el que nadan grácilmente innumerables especies
de peces.
Y para concluir este somero repaso por las instalaciones de
Oceanográfico de Valencia, no me he de olvidar nombrar sus dos
auditorios, el Auditorio Mares Antárticos, situado
frente al gigante cristal de un estanque con infinidad de especies
como los pingüinos Juanito con su característico parche blanco en
la cabeza.
Y el gran Auditorio Mar Rojo con un aforo de 482
personas, el cual tiene como fondo de escenario una gigantesca
cristalera a través de la cual se pueden ver innumerables especies
de peces, la cual, según las necesidades se puede cubrir con un
telón, incluso personalizado si procediera que así fuera.
El Oceanográfico de Valencia también cuenta con innumerables paseos
y puestos donde poder comprar bebidas y alimentos que se pueden comer
en sus numerosos lugares de parada, así, este impresionante lugar,
puede hacer las delicias de los mejores gourmets, y de las familias
que acuden a él a pasar un día en compañía de la fauna maria,
siempre tan cerca, pero a la vez siempre tan lejos.
Las cubiertas del Restaurante Submarino y el imponente y algo extraño
edificio de entrada, están diseñadas por el arquitecto Félix
Candela Outeriño (Madrid, 27 de enero de 1910 - Durham, Carolina del
Norte, 7 de diciembre de 1997).
Si vive en Valencia o cerca de la misma y aún no ha visitado el
Oceanográfico, tras leer este artículo ya no tiene excusa para no
hacerlo, pues realmente se está perdiendo una de las mejores visitas
lúdico-turísticas que se pueden realizar actualmente en Valencia.
Y para las personas que tengan previsto visitar Valencia,
ineludiblemente deben incluir esta visita dentro de su itinerario
valenciano, pues a buen seguro les gustará.
Hasta el siguiente artículo, tan
sólo me queda decir que:
Valencia es sinónimo de cultura.
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