Un ascensor estropeado de una finca de Catarroja. EPDA"No puedo salir de casa, me siento prisionero", así explica Juan D. el sentimiento que le embarga día a día tras aquel 29 de octubre, cuando la DANA en Catarroja, no solo se llevó por delante cientos de viviendas y comercios, sino también los ascensores de las fincas.
Un problema que a día de hoy, casi cinco meses después, sigue sin solucionarse y que está causando más víctimas, porque además de la imposibilidad de salir de bajar a la calle, los ánimos de las personas que lo sufren van decayendo poco a poco.
El de Juan es uno de los 6.000 ascensores que siguen sin funcionar, como apuntó el vicepresidente para la Recuperación de la Comunitat, Gan Pampols, quien advirtió, en su comparecencia para anunciar el Plan Endavant, que se reparan cerca de 65 al día, "pero falta mano de obra". Esta cifra implica que solo el 40% de los que resultaron dañados se han reparado y que se tardaría más de tres meses en repararlos todos.
Juan D. tiene que acudir al menos una vez por semana a sus sesiones de radioterapia en el Hospital La Fe de Valencia, lo que implica tener que llamar a una ambulancia con dos técnicos para poder bajar y subirlo cinco pisos por la escalera. "Una de estas veces tuvimos que esperar ocho horas en la recepción para volver a casa", explica su mujer, Antonia.
Los ánimos han decaído y Juan "ya no puede mas". "No es solo salir de casa, es sentirte atrapado en estas paredes", comenta. Y es que desde el 29 de octubre su salud ha ido empeorando, a pesar de que suele tomar el sola a través de las ventanas, pero el no poder salir a la calle y caminar ha provocado que se le hinchen los pies y que haya perdido más movilidad. "Es desesperante", explica este matrimonio de 82 años.
Realojamiento
Respecto a la posibilidad de un realojo, como ha anunciado el Gobierno valenciano, no lo tienen nada claro. "Queremos estar en nuestra casa, en nuestro ambiente, con nuestra familia", señalan, "sería un trastorno más". Así que de momento tendrán que esperar a que le llegue el turno al ascensor de la finca, que ya está como preferente, casi medio años después de la tragedia que les cambió la vida.
"Mi marido estaba bien antes de todo esto y no tiene ningún grado de dependencia reconocido, no hemos iniciado ningún trámite, pero todo esto ha supuesto un bajón importante en su salud y movilidad", comenta la mujer.
El importe para la reparación asciende a 15.000 euros que tienen que sufragar entre cinco propietarios que comparten la finca, además de los gastos por los daños sufridos en el garaje, que no cubre el Consorcio de Seguros, otro problema añadido para la economía del matrimonio de jubilados.
La Confederación de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunidad Valenciana, Cocemfe, ha recogido un total de 48 casos de personas con problemas de movilidad afectadas por el impacto de las inundaciones y ha solicitado que la reparación o sustitución de estos elementos disponga de ayudas para las comunidades de vecinos.
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