Jesús Salmerón, alcalde de Gátova. /EPDAEn el contexto de Crisis Climática, el cuidado del medio ambiente y, en particular, del agua, se ha convertido en una prioridad ineludible para los Ayuntamientos, ya que la sequía y el uso irresponsable del agua están llevando a límites insostenibles nuestros acuíferos y pozos.
En Gátova, nos hemos visto obligados a aprobar una serie de medidas destinadas a minorar el consumo de agua, restringiendo el riego de zonas verdes y jardines durante las horas de mayor consumo de agua y prohibiendo el llenado de piscinas particulares que no tengan depuradora, entre otras medidas.
En ocasiones, aunque incómodas, son necesarias medidas para asegurar el suministro de agua potable a la población, especialmente en los meses de verano, cuando el consumo aumenta significativamente debido al incremento de la población flotante.
Las medidas que hemos aprobado en el Ayuntamiento de Gátova reflejan una verdad incontestable, por un lado que el agua es un recurso finito y que su gestión debe ser responsable, solidaria y sostenible.
El consumo excesivo de agua y la falta de lluvias nos han llevado a una situación crítica en la zona, donde los nacimientos de agua y acuíferos y no se recuperan de la sequía que sufren para abastecer adecuadamente al municipio.
El problema de Gátova es un reflejo de una crisis global. La escasez de agua afecta a millones de personas en todo el mundo, y se espera que esta situación se agrave con el cambio climático, por lo que cada gota vale oro y es imperativo que adoptemos una mentalidad de conservación y uso racional y solidario del agua, todos, las administraciones y los vecinos.
El esfuerzo que hemos pedido a nuestros vecinos para reducir el consumo de agua puede parecer impopular e incluso una carga, pero es una inversión no solo para nuestro futuro, sino para nuestro presente, medidas esenciales para garantizar que nuestros hijos y amigos tengan acceso a este recurso vital que es el agua.
Las medidas que hemos tomado son un llamado a la solidaridad y a la responsabilidad compartida, ya que la responsabilidad de que no nos falte el agua no recae únicamente en quienes gobernamos, cada vecino debe contribuir a esta causa con acciones cotidianas que ahorren agua y minimicen el desperdicio. Solo con un compromiso real y sostenido en el tiempo, no un mero parche, podremos garantizarnos el agua.
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