JOSE MANUEL MUÑOZ SILVESTRE. /EPDA Jose Manuel Muñoz Silvestre es Secretario de Organización de CCOO en Camp de Morvedre i Alt Palància.
Hay muchísimas razones para emigrar, pero las principales son las económicas y huir del horror de los conflictos armados. Un ejemplo lo tenemos en España, un país antaño emisor de migración que al crecer económicamente ha pasado a ser principalmente recetor, pero ojo, la población española no ha dejado de emigrar, sino que lo hace en menor medida.
Comento lo anterior para apelar a la memoria, a la empatía y a la solidaridad entre personas trabajadoras, pero también para señalar que una buena política migratoria pasa por desarrollar proyectos de cooperación con los países de los que proceden las personas migrantes, para favorecer su crecimiento económico así como promover que en dichos países se trabaje en condiciones laborales decentes, respetando las condiciones de vida y la dignidad humana y el medio ambiente, pues dado que habitamos el mismo planeta, hemos de proteger el medio ambiente en todo el mundo. Esto es, fomentar la redistribución de la riqueza, el trabajo decente y unas buenas condiciones de vida en todo el planeta sería una forma responsable de gestionar los flujos migratorios que por otro lado, también necesitan los países receptores de migración.
Se reconoce abiertamente que se necesita que llegue población inmigrante a trabajar, a cotizar y a generar riqueza en España, pero que han de hacerlo de forma ordenada y legal. Obviamente, esto es fundamental, pero lo que se ha de hacer es mejorar las condiciones laborales en los sectores españoles que necesitan mano de obra, esto es, lo que no se puede hacer es traer ordenadamente a personas para que sean legalmente explotadas en España y luego devueltas a sus países de origen o alojar a las personas migrantes en zonas marginales sin recursos para integrarse. El trabajo decente y las buenas condiciones de vida también han de defenderse en España.
A las personas trabajadoras se nos hace creer que otras personas trabajadoras ponen en juego nuestra estabilidad económica pero continuamente aparecen informes mostrando que siguen aumentando las diferencias entre los ricos y los pobres, no solo entre países sino también dentro de los mismos países y es que cada vez los ricos son más ricos y los pobres son más pobres y los movimientos migratorios se aceleran al mismo tiempo que se incrementan esas diferencias entre ricos y pobres. Así pues, el problema real es que la riqueza generada entre todas las personas se acumula en pocas manos.
Como apuntaba al inicio, las migraciones son un hecho complejo pero en lugar de atacar a las personas migrantes, deberían abordarse las causas de la migración como ligadas al mismo sistema económico, quizá por ello, quienes representan a las pocas manos que acumulan la riqueza, nos hablan de regular ordenadamente los flujos migratorios, de criminalidad, de expulsiones masivas y de sacar a la armada al mar y no nos hablan de afrontar la migración desde el reparto de la riqueza, el fomento del trabajo decente y desde la creación de buenas condiciones de vida para todas las personas.
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