Vicente Javier Más Torrecillas. /EPDA Estos días de calor y playa, de sol y montaña, de oficina y aire acondicionado, lo que a Ustedes les haya tocado, son propicios para ese tipo de acciones políticas que buscan perpetrar la amoralidad del gobierno contra los ciudadanos. Ni siquiera es aquello del “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Ahora han llevado el caciquismo al límite, obviando el principio de soberanía popular de
Rousseau (por cierto, ¿sabrán quién es?).
Los ppezqueñines azulones se han lanzado a secuestrar la representatividad y democracia en la UJI. A los chicos del PP, disfrazados con el nombre de Canvi per la Llibertat, les avergüenzan sus propias siglas o porque saben que a los estudiantes les causa rechazo el PP, han vetado la inclusión de representantes de la oposición estudiantil, que obtuvieron casi el 40% de voto en las últimas elecciones. Hablaremos a fondo de esta cuestión cuando comience el curso académico, entre otras cosas de Informer, la cuenta pepera de Instagram. Por cierto, ¿nadie se pregunta por qué la persona más votada en las elecciones no es presidenta del Consell de Estudiants? Una más.
Algo parecido a lo que sucede en las fiestas de Castellón. Cuentan numerosos festeros, de momento por las esquinas, que el descaro autoritario de la concejal del ramo, Noelia Selma, empieza a ser insoportable. Esta semana todo hierve en torno a la futura reina infantil. Es un hecho que la edil trabajó en el Puerto de Castellón, que Ruben Ibáñez es ahora la autoridad portuaria, que ambos son del PP, y que el eterno político de Onda tiene una hija que la postula para el cargo. No, no. No piensen mal. No va a pasar como cuando en las primeras fiestas de la Magdalena del gobierno del PP ganó una gaiata con festeros vinculados al PP (qué bonita foto del pequeño mandarín y sus coleguis saltando en el escenario el día de los premios). Ni tampoco va a ocurrir como cuando el marido de la alcaldesa del PP fue elegido mantenedor en las primeras fiestas del Grao con pleno gobierno del PP. No. No malpiensen, por favor. El mundo de la fiesta quiere independencia, promesa incumplida de Selma.
Y ¿por qué se están expandiendo con tanta velocidad estos procesos de secuestros morales de la soberanía popular en la ciudad de Castellón? Porque los dirigentes del PP locales son mediocres. Esa mediocridad les hace débiles. Son los mismos que estaban hace veinte años. Los mismos. Son conscientes de que los ciudadanos los echaron por hartazgo, decadencia y corrupción y se sientes débiles. No tienen capacidad de gestión y lo fían todo a la publicidad, a la venta permanente de humo. Castellón se muere pero les da igual.
Y sí, eso lo saben en Valencia. En la capital de la Comunidad no caen bien. No los quieren. ¿Han nombrado a otro conseller de Castellón, Miguel Barrachina? Claro, estaba en el lado opuesto a la casadista Begoña Carrasco. ¿Comprenden? Lo peor es que entre unos y otros están ahogando a Castellón, que es la provincia, por ejemplo, que menos inversión recibe, de lejos, de la Comunidad Valenciana. Pero no pasa nada, más fiesta los fines de semana, por favor.
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