Estamos
tan acostumbrados a ver algunos desmanes arquitectónicos y/o
urbanísticos que ya ni nos molestamos en denunciarlos cuando
sufrimos algunos de ellos. A fuerza de recibir palos ya ni nos
afectan.
Viene
esto a cuento por ciertas actuaciones en nuestro núcleo urbano que
ya han pasado a formar parte de la rechufla popular.
Empezaré
por recordar el atentado perpetrado en la plaza del sol, porque de
eso se trata, de un auténtico atentado urbanístico. El dineral que
se ha gastado en sus remodelaciones sucesivas no ha servido para
nada. El “palomar” que se construyó para dar sombra es un chiste
de mal gusto. Las jardineras ya no funcionan como tales porque
estaban mal diseñadas desde el principio. El cerramiento resulta
peligroso para los niños que van en patín o bicicleta... En fin
más de medio millón de euros tirados a la basura.
Pero
la cosa no para aquí. El esperpento llega a tales niveles, que en un
alarde de modernidad, se diseña los bancos que rodean una zona de
juegos de niños pequeños, justo dando la espalda a esos juegos.
Es
decir si dejamos los niños jugando y queremos sentarnos y a la vez
vigilar para que no salgan corriendo hacia la calzada o cualquier
otro peligro, tendremos que hacerlo en el respaldo del asiento,
porque como decía, los bancos están colocados justo al revés. O
eso me parece a mi . Será que no entiendo de urbanismo moderno.
Para
quien piense que exagero no tiene mas que darse una vuelta por la
reciente plaza con zona de juegos abierta entre la gasolinera del
Congo y el colegio Tarazona.
Y
acabaré refiriéndome a nuestro paseo marítimo.
Nosotros
mismos, los porteños no nos damos cuenta a fuerza de verlo todos
los dias, pero cualquiera de las personas que nos visita por primera
vez siempre hacen el mismo comentario: “ Pero si no se ve el mar”
. Y cuando oyes este comentario, te das cuenta, efectivamente que el
paseo marítimo está diseñado al revés de como debería ser.
Dejando
al lado la excesiva altura del murete que lo separa de la arena, los
bancos integrados en ese murete están de espaldas al mar. Además el
murete se diseñó a modo de parterre ¿? pero en vez de colocar
plantas de porte bajo , nos encontramos con baladres y otras
especies de gran porte, que a nada que nos descuidemos formarán, y
de hecho forman en muchos tramos, una auténtica barrera visual que
nos impide ver el mar.
Se
entiende (o eso pienso yo) que un paseo marítimo es precisamente
para eso, disfrutar del mar, de su brisa, de su paisaje, de sus
vistas. Pero aquí resulta complicado por no decir imposible.
Y
todas estas “incongruencias” se resolverían sin mas que aplicar
el sentido común, preguntando a la gente. Y de una forma sencilla, y
gratis.
Es
lo que hemos hecho desde iniciativa Porteña en distintas redes
sociales, poner una imagen del paseo marítimo con plantas altas y
otra imagen virtual con plantas de menor porte que permiten ver el
mar en todo su esplendor y pedir la opinión de la gente.
¿Adivinan
cual ha sido la propuesta elegida por abrumadora mayoría de los
internautas? Bingo. Solo es cuestión de sentido común y nada
mas que eso.
PD:
Dado el resultado de nuestra encuesta sobre el paseo marítimo,
invitamos a la SAG (sección plantas y jardines) y/o al equipo de
gobierno a que lleven a cabo tan sencillo trabajo. De esta forma
disfrutaremos, tanto la gente que viene de fuera como todos los
porteños de la visión del Mediterráneo. De los bancos de espaldas
al mar ya ni comento. Para qué?
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