Juan Pedro Burgos, fundador de la Mancomunidad de La Serranía. /EPDALa Serranía, esta bella valenciana tan desconocida. Tan poco accesible en gran parte, que no sólo, por tener una sola vía de acceso aceptable.
La historia inacabada de la antigua carretera C-224, denominada hoy CV-395, comenzó en los años 1928, 1929 y 1930. Esta carretera es la que iba a unir Requena con Segorbe. No está construida en su totalidad, y muchos de sus tramos precisan urgente intervención para mejorar su seguridad, su calzada y su trazado. El proyecto se aprobó a finales de los años 20 del pasado siglo XX por el entonces Ministerio de Fomento, siendo a la sazón Ministro, de Primo de Rivera, Don Rafael Benjumea y Burín, Conde de Guadalhorce. Hoy es muy mejorable todo lo construido de ella, y está todavía sin construir el tramo Villar del Arzobispo - Alcublas.
¿Se imaginan ustedes lo que supondría directamente de beneficioso terminar y adecuar la CV-395 para las valencianas comarcas Utiel-Requena, La Serranía y la castellonense Alto Palancia, y por ende para toda la Comunidad Valenciana? Aquella visión de futuro que se plasmó en esta necesaria carretera va a hacer ahora un siglo, todavía está sin concluir. Ahora que ya ha transcurrido más de la quinta parte del siglo XXI, es indispensable que se retome esta vital vía de comunicación. Se habla mucho de las zonas rurales, de vertebrar el territorio, de ayudar a la ruralidad, de descongestionar la inhumana capital y su saturada área metropolitana, de conectar internamente y externamente las comarcas de interior; pero hacerse se hace muy poco por las comarcas montañosas valencianas. Terminar la CV395 es ya inaplazable, y se han de implicar el Gobierno, La Generalitat Valenciana, la Diputación de Valencia, los Ayutamientos de las tres comarcas, y sus Mancomunidades de
Municipios.
La autovía a La Serranía, la CV-35, la Autovía del Turia, ha llegado tarde, pero está contribuyendo a paliar la histórica deficiente conectabilidad de esta comarca con su interior y con el exterior.
No exigimos para La Serranía ni un centímetro de ferrocarril, que no tenemos, pero sí es de justicia que a la carretera CV-35 se una la CV-395, conclusa. Se conseguiría un cinturón de interior que además aliviaría las congestionadas carreteras próximas a Valencia, entre ellas la A-3, la A-7, la V-30... con todo lo que ello supondría de seguridad, de ahorro de combustible, de desarrollo rural y de protección del medio ambiente.
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