Donald Trump ha realizado una puesta en escena mediática para presentar sus aranceles. /EPDA Estados Unidos le ha declarado la guerra comercial a la mayor parte del planeta. El presidente Donald Trump ha anunciado aranceles para todos los países del mundo con los que Estados Unidos mantiene relaciones comerciales Estados Unidos con las llamativas excepciones de Rusia y Bielorrusia o la infradesarrollada Korea del Norte.
Estos aranceles son un precio que hay que pagar al gobierno de los Estados Unidos para poder acceder a su mercado, y han sido diseñados especialmente para penalizar a China que sufrirá un 30% de sobrecoste en la compra de sus productos y la Unión Europea a la que le aplica un 20%, una quinta parte del precio de sus productos a empresas y consumidores americanos. Sin embargo llama la atención que países como el Reino Unido o Marruecos sólo tendrán que pagar un 10%.
Según la administración Trump los nuevos aranceles se han calculado teniendo en cuenta déficit comercial entre Estados Unidos y el resto de países así como los impuestos y aranceles que aplican estos países a las mercancías americanas. El presidente de los Estados Unidos defiende que "ha sido amable" y sólo ha aplicado la mitad de los impuestos que los otros países imponen al comercio norteamericano. Así pues, la administración americana asegura que la Unión Europea vende en Estados Unidos un 39% más de lo que le compra al país norteamericano y por lo tanto le aplica un 20% de sobrecoste a sus productos.
En este aspecto hay que resaltar tres puntos importantes: 1) 20 no es la mitad de 39; 2) los asesores de Trump no han calculado que en el déficit comercial no sólo entra el intercambio de mercancías físicas, sino también de servicios (sirva como ejemplo que empresas como Netflix o Apple envían dinero constantemente a Estados Unidos a través de sus filiales europeas y están no pagan impuestos) y 3) en el cálculo de aranceles que impone la Unión Europea Trump ha incluido el IVA que es una tasa que paga el consumidor y no las empresas exportadoras que se limitan a recaudarlo.
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¿Cuáles son los sectores más afectados en la Comunitat Valenciana?
España no es, precisamente, un gran exportador a Estados Unidos. Las últimas estimaciones de Eurostat, el organismo europeo de estadística, señalan que en 2023 nuestro país exportó a Estados Unidos mercancías por valor de 18.000 millones mientras que las compras de productos estadounidenses están por encima de los 24.000 millones. Sin embargo eso no quiere decir que España, y especialmente la Comunitat Valenciana no se vayan a ver afectadas por la decisión de Donald Trump de gravar las importaciones europeas.
El frente que se verá más afectado es, sin duda alguna, el de la agricultura. La producción de aceite de oliva y vino, de gran penetración en Estados Unidos, se verá especialmente afectada, así como las cebollas que ya estaban vendiendo bien en Estados Unidos. La almendra (y sus derivados) como el turrón, se verán también gravemente afectados.
También la industria del automóvil y sus proveedores (la llamada industria auxiliar del automóvil), ya que si bien España no vende muchos coches en EEUU, las plantas españolas si que producen dentro de su frontera piezas y componentes que se surten al país de Donald Trump, con lo que o verán reducidos sus pedidos o, en el peor escenario, las empresas se llevarán la producción de esas piezas a Estados Unidos.
El acero, con importante presencia en comarcas como el Camp de Morvedre, sí que se encontrará en dificultades tanto por la exportación como por la caída de la demanda en las fábricas de coche.
El calzado alicantino, que ha logrado crea una marca de valor en Estados Unidos, también puede encontrarse en serios problemas al ver sus precios subir un 20% de golpe por una decisión política.
Por supuesto la cerámica castellonense, que había logrado abrir un importante nicho de mercado en USA gracias a su alta calidad también se verá afectada.
El temido afecto arrastre
Hay que señalar también que la decisión de Trump afectará de forma indirecta a la Comunitat Valenciana debido a que toda la economía está interconectada. Por ejemplo un cooperativa productora de aceite que no exporte a Estados Unidos su producto se verá afectado porque las empresas (ya sean españolas, italianas o griegas) que sí que enviaban su producción a los USA ahora colocarán su stock en el mercado nacional o en otros mercados.
Además en los países europeos con un mayor dependencia de los Estados Unidos verán sus economías contraerse reduciendo la capacidad de consumo de sus ciudadanos y con ello la demanda de productos.
A la espera de conocer la respuesta de la Unión Europea, que ha anunciado que contestará con sus propios aranceles a Estados Unidos, algo que simplemente hará más difícil importar bienes de Estados Unidos, también hay que advertir que aunque se busquen nuevo nichos de mercado, con apertura a grandes mercados como China, estos países pedirán contraprestaciones fuertes para permitir la entrada de productos, lo cual significará la entrada de nuevos competidores baratos dentro del mercado español.
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