Álvaro GijónAhora que ya estamos volviendo a la rutina, me gustaría contaros algunas cosas de este verano que agoniza.
Por un lado, creo que las palabras que más veces he repetido durante estos meses han sido “hola, buenas noches”, os preguntareis el por qué y la respuesta es sencilla. Con la llegada del calor, que se ha dejado notar más que otros años, muchos de nosotros hemos tenido que cambiar nuestras rutinas diarias, pues bien, obligado por las altas temperaturas no era buena idea salir a hacer ejercicio por las tardes, asique, después de cenar, me enfundaba las deportivas y a caminar.
Sin duda, esta es, de las cosas que voy a contaros, la que destaco en positivo, pues en los pueblos todavía se conserva la cordialidad de saludar al desconocido. Y es que, al cruzarte con una persona que no conoces y escuchar esas palabras, al menos a mí, me resulta reconfortante. A algunos os parecerá una tontería, pero significa que todavía no somos robots y que perduran algunos reductos de educación en la sociedad en la que vivimos.
Por otro lado, entre las cosas negativas os cuento que, al tener más tiempo libre, he pasado más horas de las que debiera navegando por internet. Me ha decepcionado mucho descubrir que existe un número vergonzoso de videos en los que se desperdicia la comida de manera casi insultante. Plataformas como Facebook o YouTube están inundadas de videos en los que se muestran retos o competiciones que consisten en comer hasta reventar. Es una lástima que en el mundo acomodado en que vivimos se tire la comida de esta manera, mientras que personas que residen en otros países no tienen ni agua que llevarse a la boca.
Es necesario que reflexionemos sobre cual es el contenido que vemos en internet para que más pronto que tarde desaparezcan este tipo de videos. No obstante, considero que los dueños de las plataformas deberían hacer un esfuerzo y eliminar este tipo de videos que deberíamos repudiar, al igual que otros muchos videos sobre peleas, bromas pesadas y demás que me he encontrado.
Por último, todos habremos notado que este verano ha sido uno de los más cálidos y secos de los últimos años, no hace falta ser Einstein para darnos cuenta que esto es fruto del cambio climático. Es presente, que estamos sufriendo las consecuencias de años de abusos al planeta y nos toca pagarlo. Aunque ya es tarde, aún estamos a tiempo de apostar por energías limpias e intentar mitigar estos efectos adversos. Y es que, tenemos que acostumbrarnos a seguir escuchando palabras como “sequia, altas temperaturas, incendios, lluvias torrenciales, calima, dana, gota fría, tormentas, granizo, etc”.
Reducir el consumo de energías contaminantes es vital para la supervivencia de las generaciones futuras. Todos debemos hacer un uso responsable de la energía que consumimos, bajar o subir el termostato son solo pequeños gestos que no alteran nuestro día a día y contribuyen a que vivamos en un mundo mejor. Al fin y al cabo, somos afortunados, mientras aquí nos quejamos sobre la imposición de medidas como estas, en otros países no saben ni lo que es un termostato y en otros sus ciudadanos deben ir a la guerra para poder sobrevivir.
Pues eso, cosas varias del verano, ¡UF QUÉ CALOR!
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