Pere Valenciano. EPDAMolt Honorable President de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, querido director general de ÀPunt, Alfred Costa:
Más de tres años después del nacimiento de la radiotelevisión pública que debería serlo de todos los valencianos, prosigue el veto hacia mi persona en los programas de debate de la cadena. Como representante de uno de los 5 medios de comunicación más importantes de la Comunitat Valenciana, líder en distribución con casi 200.000 periódicos gratuitos al mes en 12 comarcas, les pido públicamente que acabe el veto. En una democracia, en un Estado plural y de derecho, no deberían tener cabida estas actitudes, que me denigran como profesional.
Comprendo que pocas personas le ganan en los tribunales y tumban un proceso de elección de un supuesto concurso público, pero esto, lejos de enfadarles, debería considerarse como un buen síntoma democrático. El TSJ valenciano entendió que el proceso por el que Empar Marco fue elegida directora general era un 'tongo'. Como periodista con una larga y fructífera trayectoria, en medios de comunicación, también en televisión, con el mejor tercer Curriculum Vitae -disculpen que tenga que reivindicarme públicamente-, es insultante y frustrante observar, primero, cómo se permitió una chapuza en la puesta en marcha de la nueva televisión, después del hundimiento y cierre de Canal 9; y, después, cómo se consintió que haya sido vetado y todavía no haya pisado ningún plató de la que también es mi televisión y en la que tengo derecho, al menos el mismo, que muchos de mis compañeros de profesión.
Este hecho parecía que iba a ser corregido por el nuevo director general, Alfred Costa, quien me invitó antes del verano del 2020 a través de una entrevista por Zoom, en plena pandemia, a participar a partir de septiembre en algún programa. Los vetos habían terminado y comenzaba una nueva etapa, me dijo. Pero entonces llegaba mi victoria judicial, la anulación del concurso en el que salió elegida Marco con el tercer peor Curriculum de todos los candidatos, y las buenas palabras de Costa se quedaron en eso. Incumplió su promesa y alargó el veto.
Es cierto que, tras presentarme al segundo concurso público y lograr la segunda mejor nota en CV y recibir la extraordinaria noticia de mi victoria en el TSJ, anunciaba el inicio de acciones judiciales contra este segundo concurso, aunque siempre con buenas palabras hacia Costa, con mucha mejor trayectoria que su antecesora.
Ni siquiera este hecho debería servir como excusa para vetar a un profesional con acreditados méritos, trayectoria y valentía. Valores que deben primar en un buen periodista y, por tanto, suficientes cartas de presentación para poder pisar un plató de ÀPunt.
Como profesional, el veto va en contra de todos los valores democráticos, pluralidad y meritocracia; como persona, este hecho me ha provocado en un momento del proceso ansiedad y depresión al verme impotente ante tal injusticia, antes, durante y después de la victoria judicial y observar también la nula empatía de la mayoría de compañeros de profesión.
Gracias por vuestra atención.
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