Carlos José Alonso. / EPDAEste mes se cerraba el ansiado anillo ciclista ilicitano completando la última fase en la zona este de la ciudad; varios centenares de metros por las medianas de diferentes avenidas, por las aceras y por trazados complejos de transitar para los que estamos habituados al uso de la bicicleta. Observando la viabilidad del proyecto ejecutado creo que algunos tramos son un auténtico peligro para ciclistas, coches y peatones, y tratando de verlo desde distintas ópticas sólo me encaja una, la moda dehacer algo aparentemente popular y sostenible pero carente de sentido práctico. Estamos esperando los informes técnicos que avalen esas inversiones y ver cómo los ciclistas llenan las ciclovías ya construidas.
Debo dejar patente que servidor es un asiduo usuario de la bicicleta como medio de desplazamiento y un férreo defensor de su uso como transporte alternativo, y sólo por esa razón me incomodan profundamente este tipo de inversiones que muchas de ellas no gozan del visto bueno previo de los que van a utilizarlos. Es una buena idea completar destinos y unir segmentos para que los ciclistas podamos desplazarnos de la Universidad al Escorxador, por poner un ejemplo, pero el sinfín de peligros que debe sortear un ciclista si desea desplazarse entre ambos puntos es mayor al producido si no hubiera carriles bici y lo digo por propia experiencia ya que he realizado ese desplazamiento muchos años en bicicleta sin tener la menor incidencia y he estado a punto de ser atropellado tres veces desde que se abrieron al tráfico estos carriles en la mencionada zona de la ciudad.
Diseñar carriles por sitios antinaturales es un riesgo enorme, las aceras no deben ser utilizadas para compartirlas con ciclistas porque no hay costumbre y los atropellos y frenazos son frecuentes, ya que un peatón no tiene la obligación de estar atento si desea dar un paseo por la ciudad abstraído por sus pensamientos. Por otra parte realizar carriles bici en las medianas de las avenidas aboca a los ciclistas a incorporarse a las rotondas en medio de estas haciendo giros de 90 grados y chocando lateralmente con vehículos que se incorporan a las mismas a una velocidad normal.
Si pretendemos que la gente opte por la bicicleta en lugar de coger el coche sólo se puede conseguir a través de la concienciación para la convivencia entre bicicletas y vehículos motorizados en la ciudad, que es cada día mayor, y un diseño real y efectivo de los carriles bici, pero la realidad es que, si bien la educación cívica está haciendo posible esa convivencia, la parte política no ha hecho adecuadamente sus deberes o no ha sabido entender el mensaje. Hacer carriles bici para la galería, por puro postureo político o para optar a subvenciones europeas no es la solución. A día de hoy, en el municipio de Elche, es difícil ir con seguridad utilizando los carriles bici a ningún punto de nuestro término municipal, ni al Parque Empresarial, ni a las playas ni a las pedanias... Carreteras sin arcén, tramos cortados, zonas peligrosas… Ahí es donde los proyectos deberían incidir con mayor acierto
Ignoro si los concejales se han desplazado alguna vez en bicicleta a la playa o a las pedanías, o suelen utilizar la bicicleta para algo más que hacerse la foto inagurando metros de carril bici, pero les recomiendo encarecidamente que tengan la experiencia de circular por sus carriles con asiduidad para ir a algún sitio y nos cuenten.
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