Carles Peris, secretario general de La Unió de Llauradors, en un instante de la entrevista concedida a El Periódico de Aquí en el hotel Sercotel Plana Parc. / Ana Gausach Los agricultores valencianos se han sumado a todas estas protestas que también se están extendiendo a toda España y son reivindicaciones históricas. ¿Por qué explota justo ahora el sector agrario?
Ha habido una gota que colma el vaso, sin saber exactamente el porqué. Todos los sectores agrarios y ganaderos están en una situación muy delicada en que los ingresos son muy bajos y, por lo tanto, todos los años en datos objetivos vemos que la superficie agraria útil va en reducción. O sea, se pierden explotaciones agrarias y se pierde cabaña ganadera. Por lo tanto, al final esa suma de factores negativos hace que en un momento justo pues se estalle.
¿Cuáles son las principales demandas del campo valenciano en esta lucha?
Nosotros tenemos tres líneas claras de lucha. Una es la ley de la cadena agroalimentaria, que no funciona. Continuamos viendo que aquellos que generamos el valor de la cadena somos los que menos percibimos. Acabamos año tras año con los números en rojo y luego vemos que las grandes superficies y supermercados están presentando siempre miles de millones de euros de beneficios. Eso quiere decir que esa cadena alimentaria sigue sin funcionar, que hay una posición de dominio de los supermercados que son los que fijan el precio. Y luego estamos viendo que continuamos haciendo contratos a pérdidas. No ha servido para revertir esa mala situación. Luego, el otro punto para nosotros vital es que vemos que los acuerdos comerciales con terceros países, estamos viendo que siempre hemos sido moneda de cambio el sector agrario, que son acuerdos que no hay reciprocidad en las formas de producción y que aquellos compromisos que nosotros adquirimos a través del pacto verde, ningún país tercero los adquiere. Esos productos de países terceros vienen a competir en nuestro mercado preferencial, que es el europeo. Eso nos hace perder competitividad y además llegan sin ordenación. La otra pata fundamental para nosotros es que la política agraria común está cada vez más burocratizada, ya que ahora parte de las ayudas van vinculadas a hacer unas prácticas ambientales, que a nosotros nos parece muy bien ir mejorando, pero al final no están adaptadas a la realidad productiva, lo cual dificulta mucho a las agriculturas, sobre todo más mediterráneas, poder cumplirlos.
¿Y cree que la realidad minifundista de la Comunitat nos deja en una situación un poco más vulnerable?
Lo bueno que tenía el modelo valenciano es que es de muchos agricultores. Eso es lo que hay que destacar muchas veces. Nosotros somos un modelo que yo creo que es único, porque al final compartimos muchísima superficie agraria útil entre muchas familias o explotaciones profesionales agrarias y ganaderas. Es verdad que puede ser menos competitivo, pero cuando las extensiones son mucho más grandes los datos son igual de malos cuando entramos al detalle. Nosotros podemos tener un incremento de costo de producción. En estos momentos vemos pequeñas explotaciones perfectamente mecanizadas y a muchas cooperativas que integran a muchos pequeños productores. Yo creo que eso hay que ponerlo en valor también. No tiene por qué el mundo girar solo al globalismo.
Hemos vivido momentos muy tensos tanto en el puerto de Valencia con todas estas tractoradas y protestas, y también en Castellón. Han pedido la dimisión de la subdelegada del gobierno de Castellón, Antonia García Valls, ¿por qué?
Nosotros teníamos comunicada la protesta en el puerto de Castellón hasta las 14 horas. Nosotros llegamos allí y ya nos impidieron acceder a todas las dos columnas de tractores que venían de las zonas de interior. Hicimos una sentada y pensábamos que hasta las 14 horas nos respetarían y no se nos respetó, es cuando cargaron los cuerpos de seguridad. Por lo tanto, pedimos la dimisión porque pensamos que fue una gestión nefasta de una manifestación que estaba pedida con antelación. Normalmente el sector agrario valenciano siempre ha salido a la calle con mucho respeto. No obstante, hay muy poco talante dialogante, por parte de la administración y de los cuerpos de seguridad del Estado, que al final no te dejan acceder a protestar donde está el foco.
Las principales demandas se están trasladando al Gobierno de España y Europa, pero… ¿qué papel juegan los intermediarios y grandes superficies que multiplican los precios de origen?
El ministerio pensamos que tiene que trabajar mucho en la ley de la cadena alimentaria y dar pasos importantes para detectar las malas praxis que se hacen en el sector, de ventas a pérdidas, etiquetados insuficientes en los que no está claro el origen. Si esa ley de la cadena alimentaria no sanciona cuando hay una mala praxis, no vamos a revertir nada.
Y en esta lucha ¿qué papel juega la sociedad? ¿Cree que los consumidores debemos acostumbrarnos a pagar un poco más por nuestros productos agroalimentarios?
Yo creo que el consumidor es el jefe, tiene un papel fundamental y cada vez va concienciándose más a medida que ve que el sector productor sale a la calle o protesta o entiende que algo está pasando. Y sí que tiene una conciencia clara de defender el producto de proximidad. Pero ¿qué pasa? Que la mayoría de consumidores vamos a las grandes superficies a comprar. El 70-75% de productos alimentarios sale a través de las grandes superficies. Normalmente cuando vas a comprar vas a un ritmo alto, con poco tiempo. La gente muchas veces no observa lo que estás cogiendo. No te paras a leer la etiqueta.
¿Estamos los valencianos concienciados en la compra de productos de proximidad?
Cada vez estamos más concienciados, pero tenemos que jugar un papel muchísimo más activo para presionar a grandes superficies y que al final apuesten de una forma muy clara por el producto de proximidad. Además, ahora estamos en un contexto inflacionario y los grandes supermercados tienen una posición de dominio que juega muchas veces en contra del sector y tienen que ser un poquito más responsables con el producto de proximidad.
Están pidiendo grandes cambios en la PAC. ¿Qué papel juegan las elecciones europeas que se llevarán a cabo este año?
Lo que necesitamos es que las políticas sean más agraristas, que estén diseñadas por los agricultores o por la parte de la ingeniería agrónoma, que hay muchos y muy buenos y pintan muy poco hoy en Europa. Además lo que no podemos soportar ni entender es que nosotros hayamos ido avanzando, adelantando en esa línea y que ahora esa línea es excesivamente ambiciosa, y no nos podemos acoger a ella porque ya no lo podemos soportar. Todo ello, al tiempo que Europa no es capaz de pedirle esas exigencias a nadie. Hay que equilibrar. Yo diría que el secreto está en reajustar y reequilibrar esos objetivos que son excesivamente ambiciosos y no estamos preparados para asumirlos en tan poco tiempo como la Unión Europea quiere. Y sobre todo, exigir que otros países que vengan al bloque europeo a vender empiecen a cumplir esos compromisos, si no siempre estaremos perdiendo competitividad. Si eso no es capaz de entenderlo la Unión Europea, vamos a seguir enfrentados con las políticas europeas porque claramente nos perjudican.
¿Y cuál es su valoración respecto al trabajo que se está realizando desde la oficina que tenemos en Bruselas?
Mi impresión es que el sector agrario tiene poca visibilidad. Solo tengo la experiencia de que el sector haya trabajado unido, y junto con la administración, cuando conseguimos el tratamiento en frío en las naranjas que vienen de Sudáfrica para evitar que entren plagas en este caso. Por lo tanto, yo creo que allí no tienen una visión clara, única y exclusivamente de trabajar temas agrarios, si no vamos nosotros con un objetivo claro.
Recientemente hemos conocido que la Comunitat Valenciana lideró el abandono de campos de cultivo en España. ¿A qué se debe?
Tenemos una parte de agricultura profesional, en la cual esa gente vive única y exclusivamente su explotación agraria. Yo creo que estamos alrededor de unos 13.000 - 14.000 profesionales agrarios, aunque hay gente que trabaja de manera parcial. Pero si tú al final no tienes una rentabilidad y tienes que poner de tu bolsillo para mantener un campo, pues al final acabas abandonando. Y al final todos hacen falta porque este es un modelo que es de mucha gente, de muchas familias, de muchas explotaciones. Hay que intentar que el modelo continúe y que vaya creciendo paulatinamente. No podemos decir que esto no es rentable, que vengan los fondos de inversión, las grandes empresas y que compren toda la tierra entre cuatro empresas y cuatro fondos de inversión que no tienen raíces del territorio.
La Conselleria de Agricultura fue un área donde hubo mucha tensión interna en la época del Botànic, con varios ceses y hasta tres conselleras. ¿Cómo son las relaciones entre la Unió y el nuevo conseller de Vox?
Es una relación fluida. Cuando tenemos algo, la verdad es que el conseller es una persona cercana. Si le llamas, te atiende enseguida y con su equipo tenemos una relación buena. No obstante, estamos descontentos en todas aquellas propuestas que hemos hecho hasta ahora y a las que no nos han dado tampoco soluciones. Presentamos 15 enmiendas a los presupuestos de 2024 y solo se aprobó una, un millón y medio de euros para el sector de la cereza que llevaba dos campañas muy malas. Pero no se atendió al sector de la oliva o el viñedo. Fuimos también muy frontales en la eliminación de la campaña de promoción de naranja valenciana, cuando todo el sector estaba de acuerdo y ya había grandes supermercados que estaban promocionando esa marca a través de la IGP. No lo hemos entendido, lo hemos criticado y hemos sido duros. Hay que recuperarla, no podemos dar esos vaivenes. Los políticos tienen que tener más altura de miras en estas cosas, si es una cosa positiva es positiva y se continúa, no se elimina porque haya sido impulsada por el Botànic. Están haciendo poca política propia y lanzando muchos balones fuera. Aquí tenemos muchas competencias que no están abordando. Yo creo que al menos el partido que lleva la Conselleria, que es Vox, muchas veces en campaña decía que era el partido del campo. Yo creo que si siguen este ritmo van a ser el partido del campo pero sin el campo.
El nuevo gobierno PP-Vox ha separado las competencias de Agricultura y Medio Ambiente ¿cuál es su opinión respecto a ello?
A nosotros no nos parece mal que se haya dividido, de hecho pensamos que es positivo porque al final la agricultura nosotros nos gusta que se vea con esa visión más agrarista de los que conocen el sector agrario y la parte ambiental pues es más transversal. El medio ambiente debe de actuar y trabajar en todas las líneas y todos los sectores económicos. ¿Qué problemas te surgen cuando se dividen ciertas repartos? Por ejemplo, la fauna cinegética, la fauna salvaje, las competencias ahora están en medio ambiente. Nosotros ahí también estamos pidiendo un paquete de ayudas para cuando haya daños en explotaciones agrarias como consecuencia de la fauna salvaje. Cuando salga la orden de ayudas, que aún no está publicada, curiosamente el dinero saldrá de Agricultura. Creo que estas cosas tampoco me gustan, no podemos retraer presupuesto de la Conselleria de Agricultura para las áreas de Medio Ambiente.
¿Considera que este cambio nos aleja de un modelo de agricultura sostenible?
Yo creo que las normativas ambientales que tenemos son ya bastante estrictas. Tenemos un modelo a nivel mundial que es el más exigente, tanto para el campo como para el bienestar animal. Hay que ir a más, sí, pero hay que asumir compromisos viables.
La sequía es una de las principales amenazas para la agricultura. ¿Cómo valoras la situación en la que se encuentra ahora mismo la Comunitat Valenciana en este aspecto?
Estamos en una situación crítica. De hecho, yo no había vivido desde hace muchos años una situación así. Continuamos con los mismos problemas de siempre, con la batalla del trasvase del Tajo - Segura. Continuamos con un precio elevado del coste del agua, sea bien depurada o desalada. En el sur endémicamente hemos tenido problemas y vamos a continuar teniendo problemas, pero en las zonas centrales y las zonas del norte no habíamos tenido esta situación y ahora ya está el sector con incertidumbre. Esperemos que llueva y no entrar en una situación de problemática porque ya tenemos bastantes problemas que solucionar en la parte del sur.
Y ya por último, ¿qué opina de la decisión de que la Comunitat Valenciana vaya a enviar en los próximos meses agua desalada a Cataluña?
Yo creo que el sector agrario está un poquito fuera ya de ese debate, pero tampoco lo vemos mal. Hay que ser solidarios con el agua y yo creo que en este aspecto no es demasiado problemático el que se envíe de las depuradoras, ya sea de Sagunto o de Torrevieja.
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