Bonaventura Casanova. EPDA
Coordinador de la unidad de
Esclerosis Múltiple de La Fe, la segunda más importante del país, que atiende a
1.300 pacientes anualmente, especialmente mujeres. Una relevancia lastrada por
la infrafinanciación: “Cualquier unidad de nuestro entorno dispone de entre 6 y
8 neurólogos y nosotros, uno y medio. Es una vergüenza lo que la Conselleria de
Sanitat está haciendo con nuestro servicio”.
Estamos ante una enfermedad
autoinmune que presenta sus primeros síntomas alrededor de los 28 años, con
merma de visión, pérdida de fuerza en las extremidades o incontinencia urinaria
pero que no impide desarrollar una vida plena, incluyendo la maternidad. No conlleva
riesgo vital y responde al tratamiento, de manera que sólo en contadas
excepciones requiere del uso de una silla de ruedas. Los pacientes pueden
disfrutar de una vida plena, que incluye la maternidad. No hay factores hereditarios ni de riesgo
aunque una vez diagnosticada, es aconsejable no fumar y limitar el consumo de
carnes rojas y lácteos para una buena evolución.
¿Qué es la esclerosis
múltiple?
Entraría dentro del grupo de
enfermedades autoinmunes, es decir, que el propio sistema inmunológico de la
persona es el que desarrolla sustancias que atacan el axón y la mielina, se
destruye el tejido nervioso y produce la sintomatología, que es de dos tipos.
Los brotes, que son episodios como pérdida de visión, incoordinación para
caminar, pérdida de fuerza en un brazo o una pierna, incontinencia urinaria…
Estos síntomas aparecen y posteriormente se recuperan. Se puede producir en una
edad media de inicio de 28 a 32 años.
El segundo fenómeno es una
neurodegeneración que cursa en alrededor de un 35% de pacientes que han
referido brotes previamente. Pasados unos años, los brotes se dan con menos
frecuencia pero el paciente va notando que cada vez le cuesta más caminar
porque se fatiga antes, hasta que incluso vaya necesitando del uso de un
bastón. Hablamos de la fase progresiva, que suele aparecer entre los 40 y 45
años, después de 15 años de evolución.
Si algo tiene esta enfermedad es
la diversidad y es muy difícil establecer un pronóstico individual porque cada
paciente evoluciona de una forma y responde de manera diferente. Hablamos
siempre de poblaciones y no de pacientes.
Sobre todo tiene rostro
femenino.
Efectivamente. El 70% son
mujeres. En general, las enfermedades autoinmunes presentan como dos momentos
de presentación. En personas más jóvenes afecta más a mujeres y en gente más
mayor, sin brotes previos, se tiende a igualar los sexos. Probablemente tenga que
ver con el estado hormonal pero no ese más que una hipótesis.
¿Qué prevalencia presenta?
Alrededor de 3 ó 4 casos nuevos
al año por 100.000 habitantes, lo que da una prevalencia de 100 a 110 casos por
100.000 habitantes. En la Comunitat Valenciana puede que haya en este momento
unos 5.500 pacientes afectos.
¿Produce una incapacidad para
desarrollar el día a día con normalidad?
Cuando se recibe el diagnóstico,
los primeros momentos son de gran incertidumbre y ansiedad porque es una
enfermedad crónica de futuro incierto pero pasados unos meses, al comprobar que
el tratamiento frena las limitaciones, se va dimensionando correctamente en
poco tiempo. La gente joven se incorpora por completo a su vida normal. De
hecho, y esto es muy importante, las mujeres van a acceder a la maternidad si
ese es su deseo y desarrollarán una vida activa en todo lo que quieran hacer.
Los límites se pueden presentar muchos años después del diagnóstico.
¿Imposibilita caminar?
En ese grupo de 35% de pacientes,
pasados 15-20 años desde los primeros síntomas, en torno a los 65 años pueden
necesitar el uso de una silla de ruedas pero la población joven que sea
diagnosticada tiene por delante toda su vida sin demasiados problemas.
¿En qué consiste el tratamiento?
Hay de varios tipos. Dependiendo
de los criterios de presentación, podemos empezar con fármacos eficaces y muy
seguros y si vemos factores de mal pronóstico, se recomienda prescribir pautas
más eficaces aunque con más efectos secundarios. Hablamos desde medicaciones
orales a otras intravenosas en ciclos de 6 ó 12 meses. El tratamiento es de por
vida pero no dificulta el día a día de las personas.
Una empresa farmacéutica acaba
de presentar un tratamiento que asegura que frena el avance.
No es cierto. Se hace un uso no
adecuado del lenguaje porque no es lo mismo parar que enlentecer. Lo que ha
demostrado este fármaco es que la progresión sigue pero con un poco más de
lentitud. Hay que insistir en que los síntomas no paran, porque por desgracia
se lanzan expectativas que luego frustran a los pacientes.
¿El diagnóstico es sencillo?
No. No tiene ningún marcador.
Debes ir sumando criterios y descartando enfermedades que se pueden parecer. Elaborar
un diagnóstico certero y rápido requiere de cierta experiencia, para frenar y evitar la degeneración.
¿Existen factores de riesgo?
No son identificables a priori. Una
vez hecho el diagnóstico sí hay factores ambientales que condicionan el pronóstico.
No es bueno fumar ni tampoco la obesidad porque tiene un efecto pro
inflamatorio que no beneficia en nada pero pocas causas más. La ingesta de sal,
probablemente también.
En cuanto al plano hereditario,
existe un discretísimo aumento del riesgo. Y, desde luego, no hay que hacer
ningún tipo de estudio aunque haya antecedentes familiares.
¿Es recomendable tomar el sol?
Con moderación y con la
protección adecuada. En toda la población hay niveles muy bajos de vitamina D
que se han querido vincular con el desarrollo de la esclerosis pero no está
claro que los suplementos tengan un efecto muy beneficioso, aunque tomar el sol
de forma intermitente es bueno.
¿Y la alimentación?
Es fundamental. Pero con sentido
común: evitar ingerir mucha carne roja y los productos lácteos… Y centrarse en
una dieta mediterránea, rica en verduras, legumbres… más que en alimentos
precocinados. No hay ningún programa de diagnóstico precoz ni siquiera en las
zonas de mayor prevalencia como en Cerdeña por ejemplo, donde se triplican los
casos del resto de europeos. No está muy claro por qué se produce este fenómeno
porque Córcega, que está justo al lado, registra tasas muy parecidas a los
europeos.
¿Presenta riesgo vital?
Sí y no. Es posible que
encontremos algún caso muy aislado donde un brote pueda afectar zonas vitales,
pero es una excepción. A nivel general puede reducir la esperanza de vida en
6-7 años en aquellas personas con evolución mala.
¿Por qué es una enfermedad con
mala prensa, es decir, que genera miedo?
Es una tónica general en medicina
porque no se publican buenas noticias. No es noticia que una persona con
esclerosis múltiple se suba un 3.500 o que llegue a los 80 años en buenas
condiciones. No se publicita lo que va bien. Recientemente, hemos vivido la
desgracia de la persona afecta de esclerosis que fue sometida a la eutanasia y
ha producido una gran ansiedad en los enfermos. La eutanasia es un tema a
hablarlo, pero
nunca a las bravas.
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