Vicente Javier Más Torrecillas, doctor en Historia y académico de la RACV. /EPDAParece que están quedando atrás aquellos años en los que la sabiduría popular hablaba de que la derecha venía a solucionar las cuentas que la izquierda dejaba tiritando. Al menos eso se pone de manifiesto desde hace dos años. Quien gobierna en al Ayuntamiento de Castellón, el PP, se dedica a tirar por la borda el dinero de los impuestos que tanto cuesta ganar cada día a los vecinos de la ciudad.
Todos sabemos ya que la Carrasco y su incapaz equipo se gastan anualmente casi dos millones de euros en medios de comunicación. Una auténtica sinvergonzonería que haría sonrojar a cualquier gestor municipal. También que en sueldos políticos, incluidos asesores, se gastan una cifra similar. A todo eso hay que añadir los chiringuitos de los que se nutren los amiguis de la política: subvenciones a asociaciones amigas, a entidades semipúblicas, a contratación de empresas amigas, a fiestas semanales que nadie pide, a viajes y dietas, y un largo etcétera.
Lo que no sabíamos hasta ahora es que, mientras la Carrasco gasta a manos llenas un dinero que no le pertenece, resulta que deja de atender a proveedores del consistorio prolongando meses el pago que debería realizar en tiempo y forma. Como lo oyen. Ahí tienen sin hacer la recepción de una obra de un colegio público más de un año para no tener que abonar el dinero correspondiente a los pequeños empresarios de Castellón que han llevado a cabo sus trabajos. O un edificio de viviendas sociales cuyas obras se han paralizado después de que la Carrasco y Mazón vinieran a la calle Santa Cruz de Tenerife hace más de un año a hacerse una foto. Obras que están paradas pero cuyos proveedores no han cobrado tampoco (por cierto, algo tendría que decir la empresa adjudicataria, que tantos concursos le están tocando desde que gobierna el PP). O las obras de la avenida Capuchinos, un edificio del que también alardeó el dúo sacapuntas, ella y él, y que lleva parado meses sin fecha de reinicio.
Es decir, que el Ayuntamiento del PP no paga. Al menos si no eres organizador de eventos festivos, lúdicos, de dinosaurios o de libros manga. Se podría empezar a decir aquello de que Carrasco no paga. De lo que se deduce que el consistorio está arruinado (menos para los sueldos y chiringuitos varios). Ahora se entienden las largas negociaciones con la Policía Local para pagarles los cuantiosos retrasos que les deben y por los que el consistorio se hacía el sueco con subterfugios para no desembolsar lo que tocaba (¡Ay, Redondo, tú si que sabes!).
En resumen, que a este PP de Castellón, al de la mentira, no le importa ni la vivienda social, ni los pequeños empresarios, ni la Policía Local, ni la limpieza, ni atajar la delincuencia, ni solventar los problemas del día a día de los vecinos. Solo le importan las fotos de la Carrasco, para la que el sujetabolsos coordina a diario cinco e incluso seis menesterosas personas. Luego saldrá el concejal fake, Vicente Sales, portavoz matoncete del gobierno local, diciendo que les preocupa la vivienda social, el comercio de Castellón, el empleo, la estación espacial internacional, el satélite Titán que orbita Saturno, los pueblos quechuas que adoran a Pachamama e insultar a Som Castelló, que es el único partido local que les saca las vergüenzas.
PD: No doy crédito a quien dice que Camela de España, inteligente concejal de Cultura, vaya a tener a un familiar directo en la Junta de Fiestas. La gente es muy mala. No es la forma de actuar del PP local de Castellón. Para nada.
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