Vicente Almenar, presidente de ASIMAFE / EPDA Este año 2020, nos deja con la misma incertidumbre que comenzó, el desconocimiento de una nueva enfermedad que nos está afectando con el lastre de amigos y familiares que nos han dejado; y en muchas ocasiones sin saber cómo ni porqué; así es: el Coronavirus.
El Coronavirus, ha creado una de las crisis sanitarias y económicas como no se recordaban desde hacía muchísimos años. Crisis que ha afectado a todos los sectores estratégicos de la sociedad. Y ha reforzado la importancia en invertir en sectores estratégicos de futuro por su necesidad esencial para la sociedad; como ha sido el sector sanitario y el transporte en general; y el ferroviario en particular.
Las restricciones de movilidad y la necesidad de abastecimiento, han reforzado el sector ferroviario que durante los momentos más críticos no ha dejado de funcionar. Lo que demuestra que la apuesta no solo como transporte que reduce la contaminación ambiental y la cantidad de toneladas transportadas en un mismo trayecto; sino también como sector vital a favor de un estructura vertebradora y geográfica para la sociedad.
Su importancia ha demostrado dos cosas la precariedad y abandono que sufre la red ferroviaria convencional en España; y la necesidad de inversión y mejoras de la misma para agilizar y potenciar el transporte y los sectores tanto comerciales como industriales. Así como, la necesidad de aumentar tráficos de viajeros para las poblaciones limítrofes a las grandes capitales que han originado la despoblación de muchas zonas del país.
Desde el sector político se ha valorado más el desvío de las inyecciones económicas desde Europa para las mejoras ferroviarias en la red convencional; hacia la creación de la mayor red de alta velocidad de Europa.
Fomentando una red ferroviaria cada vez más envejecida y que ocasiona problemas para su tráfico, con restricciones de velocidad en las líneas o los accidentes en los trenes por la falta de mantenimiento de la red ferroviaria en cuanto las condiciones climatológicas son un poco adversas.
La responsabilidad no ha sido ejemplar desde la parte política en el ámbito ferroviario. El abandono de la actualización legislativa en el sector desde el inicio de la liberalización ferroviaria, es vergonzosa. Quince años desde la liberalización del sector está creando la desaparición de profesionales en ADIF para su contratación de personal en el sector privado con condiciones laborales más precarias. Así mismo está ocurriendo en el sector ferroviario con las operadoras ferroviarias que todavía no tienen un convenio laboral para la protección de sus empleados, en comparación de los empleados que ejercían su labor en la única empresa ferroviaria que había en España, RENFE.
Tras la liberalización del sector ferroviario, siguiendo las directrices y pautas desde la legislación europea, RENFE pasó a convertirse en el Grupo Renfe Operadora y ADIF. La gestión de la dirección de la empresa ferroviaria referencia en España, Renfe. Cada vez está quedando en evidencia por su utilidad pública y su endeudamiento cada vez mayor, sobretodo en la gestión del sector del transporte de mercancías. Y ahora con la crisis sanitaria, ha quedado en evidencia su nefasta gestión por la falta de previsión en la renovación de unidades; así como, la de contratación y/o reposición de maquinistas que se han ido jubilando. Hechos que han provocado a un aumento de cancelaciones y anulaciones de trenes, año tras año en diferentes zonas de España, como Bilbao, Málaga, Valencia,… La confianza en el sector ferroviario de viajeros en trenes de Cercanías y Media/Larga distancia ha caído a máximos históricos.
Estamos en la entrada de un 2021 con la oportunidad de mejorar, de cambiar, de asumir responsabilidades. Es tiempo de exigir dimisiones, es hora de que la prioridad sea la inversión en un sector estratégico para la sociedad. Es el momento de que la apuesta por el sector no sea un mero anuncio publicitario: “2021: Año Europeo del Ferrocarril”. Sino que nuestros deseos de tener una mejor vertebración ferroviaria se haga realidad con la finalización del Corredor Mediterráneo, los avances en el Corredor Atlántico y Cantábrico- Mediterráneo con las conexiones transfronterizas, la creación y mejor gestión de los accesos ferroviarios. Sin olvidar los más importante, el factor humano, la necesidad de ampliación de la plantilla de maquinistas y el aumento de unidades ferroviarias para Cercanías y Media Distancia. La sociedad lo demanda, lo necesita y sería el mejor regalo para estas Navidades, realidad y no promesas.
¡¡ Felices Fiestas !!
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