Las energías renovables se han convertido desde hace años en la esperanza de nuestras sociedades para no enfrentarnos a los peores escenarios que traerá el cambio climático y la crisis energética derivada y retroalimentada por éste. Mantener el nivel vida actual con este consumo de materias primas es algo que ya ni el IPCC reconoce como posible.
Pero desde hace pocos años, estas energías "verdes", se han postulado como un aliado de la rentabilidad económica, algo que a priori y unido, es positivo. Pero el principal freno que están teniendo a nivel social es el desarrollo de éstas en el territorio. La producción energética a gran escala necesita de grandes superficies, lo que muchas veces choca desde una lógica capitalista con la conservación de espacios agrícolas productivos. Plantar placas en la huerta no parece que sea lo más sensato viendo hacia donde nos dirigimos.
Es por eso por lo que se necesitan experiencias que hagan posible unir todo lo bueno y darle forma en un proyecto que, aunque deseable, parecía utópico. Y digo utópico porque en Tuéjar, con el impulso del Ayuntamiento y algunas familias, acaba de ponerse en marcha una Comunidad Energética Local bastante especial e innovadora.
Las CELs son herramientas de gestión y reparto de la energía generada. Al igual que otras herramientas, como puede ser, yo que sé, un martillo, que puede servir para construir una casa o para romperle la cabeza a alguien, las CELs te permiten infinidad de aplicaciones. Lejos del modelo hegemónico en que están empezando a desarrollarse la inmensa mayoría, queda mucho por experimentar.
Los 100kWs de paneles solares con los que cuenta nuestra Comunidad Energética han sido financiados en parte por el IVACE y en parte por el Ayuntamiento, que se quedará un 33,3% de la energía que se produzca para recuperar parte de la inversión. Pero lo bonito viene aquí, el 66,7% que se produzca se repartirá a razón de 1,5% por cada niño o niña que se haya apuntado con un coste de solo 100€ por participar hasta que cumpla 18 años. De esta manera, lejos del modelo depredador del territorio que entiende lo rural como territorios de sacrificio, nosotros le hemos dado la vuelta y la cubierta del polideportivo servirá para rebajarle la factura de la luz a las familias con hijos pequeños que vivan en el pueblo, añadiendo una razón más para que no se vayan, y quien sabe, vuelvan otras.
Pero esto no termina aquí, ya tenemos los ojos puestos en seguir creciendo y que cada vez más gente del pueblo pueda beneficiarse de esto. ¿A corto plazo? Doblar la capacidad de generación eléctrica y aumentar beneficiarios ¿A medio plazo? En una mina abandonada para darle un uso público a tierras improductivas y además sin impacto visual. ¿Y paralelamente? Impulsando una Comunidad Energética a nivel provincial con la Diputación y la Cámara de Comercio que permita rebajarle la factura a los establecimientos, comercios, peluquerías, bares…
Si somos inteligentes y trabajamos juntos vamos a hacer que vivir en Tuéjar, además de ser la mejor decisión de tu vida, sea más barato y sostenible. Lo mejor está siempre por venir.